°|Capítulo 15|•

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El amor es una moneda, en una cara tiene dolor y en otra dulzura.
Lanza la moneda del amor al aire pero... ¡Cuidado con la cara que te cae!

Aarón:

¿Mis sentimientos?

Son como fantasmas aparecen cuando menos lo esperas y luego vuelven a desaparecen cuando tratas de acercarte.

Nunca me ha sido fácil expresarme y menos luego de ella.

Desde ella me prometí no volver a enamorarme.

Pero esa promesa parece minúscula cuando estoy cerca de Anne, ella es tan especial, tan única que se que si continúo acercándome a ella solo lograre enamorarme.

—Esto es peligroso…—Le dije separándome.—Es muy peligroso porque puedo llegar a enamorarme de ti, pequeña.

Fue en ese entonces entre besos que me di cuenta de que no debía continuar así, besándola, cediendo, abriendo mi corazón o todo volvería a suceder.

Por eso le había dicho que solo la había llevado para follar cuando era mentira, la había llevado para estar cerca de ella, para sentir su compañía, ver su rostro.

No podía permitirme estupideces como el amor.

Lo mejor era acabar con esto cuanto antes, debía lastimar a Anne, que se alejara de mi antes de enamórame de ella y terminar yo lastimado.

Si, lo sé, típico cliché que el chico se aleje ya sea por sus miedos o porque creen que son malos para su chica.

Anne y yo no teníamos nada y tampoco lo tendríamos luego de que decidí estar con Clare, ella se moría por mí, como todas y Anne la odiaba, era la indicada para alejar a Anne de mí con solo su presencia.

Yo no era para Anne.

Anne no era para mí.

Yo guardaba secretos peligrosos, planes oscuros, Anne tenía planeado salir de Woonder con su carrera, guardaba su secreto bajo siete llaves.

Lo mejor para ambos era alejarnos o nuestros sentimientos serian nuestra perdición.

O eso creía.

Creía que podía acabar con lo que sentía así de fácil.

Aquello no tenía nombre, no sabía si era deseo, pasión, obsesión, amor, lo que fuese estaba arraigado a mí y no me permitía separarme de ella.

Me di cuenta cuando la vi allí, frente a mí, besando a otro.

Mierda.

Una horrible sensación me recorrió el cuerpo, una molestia en mi interior, un agite en mi corazón.

Apreté los puños una vez los vi separarse estaba listo para pegarle un puñetazo en la puta cara a ese idiota.

¿Cómo se atrevía a besar a mí… lo que sea ella para mí?

Iba a golpearlo, si, lo haría, le dejaría la cara tan horrible que ella nunca mas querría hablarle menos besarlo.

Y cuando me acerque molesto, con acelerada respiración, con las venas marcándose por mis brazos, por mi cuello y mi mirada fija en mi objetivo:

La cara del memo.

De pronto Anne se puso frente a mí con esa cara de:

Si quieres golpearlo me tendrás que golpear a mi primero.

Y si que quería golpearla, si, golpearla a besos.

Sacudí la cabeza intentando olvidar mis ganas hacia esa chica y concentrarme.

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora