•|Capítulo 34|°

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Dos mentes piensan mejor que una y tres logran pensar como las mentes de tres genios.

Anne:

—¿Estás bien?—interrogo Alice mientras nos dirigíamos a las clases de la tarde.—¿Y donde estuviste luego de que el loco de Aarón te cargo y te llevo?

—Muchas preguntas, amiga.—Le respondí.

Sentía un tremendo cosquilleo en TODO el cuerpo.

Por todo lugar que Aarón pasó sus manos, su lengua, sus labios o incluso su mirada dolían, ardía y aun sentía cosquillas placenteras.

Principalmente en ese lugar en especial…

No lograba ni siquiera pensar bien.

Aun no entendía mi cerebro del todo.

Me gustaba Aarón aunque antes lo odiaba con mi alma.

Me gustaba Zach a quien siempre había admirado y espiado en secreto.

Aun no definía cual me gustaba más pero definitivamente haberlo hecho con Aarón recientemente no me dejaba concentrarme.

Además, ni hablar del dolor en mis caderas.

¿Cómo podía ser taaan grande?

Aun me sorprendía que algo así cupiera en mi interior.

—¡¡ASH!!—un grito masculino me saco de mis pensamientos.

Mire en dirección al chico vestido de negro que venía en mi dirección acompañado de Claire.

—Blacke.—dije con una sonrisa.

Ver a Blacke ya era refrescante a la vista, te alegraba ver su sonrisa, ver sus ojos llameantes de energía.

—Tenemos una reunión en el club de los secretos.—anuncio como si fuésemos súper héroes.

—¿Eh?—expreso Alice.

Le di un golpe en la nuca a Blacke.

—Tengo clases.

—Ya linda, nosotros también pero esto es importante.—dijo Claire tomandome del brazo y alentándome a caminar.

—¿Por qué te dijo linda? ¿Y por qué te hablo? ¿Y por qué te toma el brazo?—pregunto Alice, obviamente sabia que Claire y yo nos habíamos odiado desde… siempre.

—No te pongas histérica, penitas, tu seguirás siendo su mejor amiga, nosotras somos…—Claire trato de explicarlo a su modo pero no encontró como explicar lo que éramos.

—Enemigas que se hablan por cosas del destino.—respondí.

—Enemigas en tregua.—Me corrigió Zach.

—En fin, luego te veo, Ali.

Mis locos aliados me arrastraron literalmente a donde nos reuniríamos.

—¿Este es el club de los secretos?—exprese al ver que me había llevado a la dirección.—Pensé que iríamos a un lugar secreto.

—Este es el mejor lugar, el director no está y le pedí la llave a mi contacto entre los directivos.—dijo un orgulloso Blacke.

¿Cómo todos conseguían las llaves de la dirección tan fácil?

Aarón las consiguió, lo que decía que tenía relaciones con los directivos y poder sobre ellos.

Blacke también las consiguió así que tenía muy buenos contactos.

En menos de una hora estaba de nuevo allí.

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora