•|Capítulo 45|°

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—Cuando el aburrimiento acecha, la imaginación florece.

Anne:

Nuevamente mi vida vuelve a dar un giro.

Hacía nada estaba en la playa, feliz, sintiendo la erección de Zach, loca por besarlo y con esa sensación entre ambos.

¿Y ahora?

Ahora estaba sentada con solo la luz de una linterna, relámpagos por todos lados, lluvia, viento y en medio de una inundación.

El agua había comenzado a entrar aunque por suerte de manera lenta y no de golpe como en un tsunami.

Desde afuera el agua se colaba por el marco de la puerta e inundaba la casa.

Estaba sentada al lado de Zach con las piernas alzadas mirando a la nada, en rotundo silencio.

Había subido los libros de Zach a un estante para que no se mojaran y nosotros estábamos sentados en el espaldar del sillón.

El agua seguía entrando y hacia flotar disimules objetos que no habíamos protegido por falta de tiempo, además conmigo que no contase para ayudarlo a recoger revistas porno, condones aun sin utilizar pero al fin y al cabo eran condones, envases de cremas de cabello y otras cosas.

—Deberíamos hacer algo.—propuso él.

—¿Cómo follar?

—Estaba pensando en leer.—dijo.

Me sentí como una idiota.

Yo pensando en que quería follar conmigo y él queriendo leer.

O yo era muy adicta al sexo o él muy anti sexo.

Recordé a Aarón y sus indirectas directas que todo el tiempo hablaban de sexo. Había olvidado que existían chicos como Zach que no solo pensaban en eso.

—Pero si quieres follar podemos…

No deje que terminara y lo interrumpí manoteando como loca y con nerviosismo dije:

—NADA. Solo lo decía de broma. ¡Vamos a leer!—grite.

No quería arruinar las cosas con él.

Él me respetaba, no hablaba de sexo, ni me lanzaba esas indirectas aun deseándome porque su erección no era signo sino de deseo.

Él alzo la mano hacia los libros que estaban sobre el estante que ya estaba casi flotando por el agua, tomó el primer libro que sus dedos alcanzaron y me mostro la portada.

Nunca juzgues a un libro por su portada.

Eso para mí era una gran mierda.
Yo lo primero que veía era la portada y de ella dependía si leía o no, sino andaría comprando libros a diestra y siniestra, comprando libros que en la portada mostraban a un robot y yo comprándolo esperando encontrar cuentos de princesas.
La portada dice de qué trata. Si muestra un robot es ciencia ficción no puedes pensar que la portada no importa y comprarlo sabiendo que odias la ciencia ficción.

Mi opinión era esa.

Observe la portada y prometía mucho… mucho sexo.

Imagina una mujer con cara de que se la acaban de meter, imagina que tiene los pechos afuera pero no se observan completamente porque unas grandes letras cubren una parte de sus senos aunque igual se nota que esta desnuda, las letras estaban escritas en rosa mezclado con purpura que llegaba a parecer rojo.

ROJO, COLOR SEXO.

—¿Erótico?

—Es lo que hay.—respondió.—¿Lo hago yo o tú?

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora