Tu Secreto En Mis Manos ©

°|Capítulo 50|•

—Llegó la hora de:
Patear traseros.
Romper reglas.
Ser farsante.

Anne:

Luego de que todos firmaron el documento volví a Woonder, hice los exámenes que no pude hacer en la semana que falte y termine todos los exámenes.

En un abrir y cerrar de ojos había pasado una semana.

Les actualizo:

La semana se me fue en:

Zach: cenas, sexo, libros, amor, amor, amor.

Aarón: miraditas raras, coincidir por los pasillos.

Alice: NADA. No hablábamos.

Volví a reencontrarme con Blacke y Claire. Fue emocionante verlos nuevamente, nos abrazamos apenas nos vimos ese primer día que volvi luego de la junta con los directivos. Les conté TOOODO lo sucedido y lo que pronto iba a suceder.

X continuaba chantajeándome, cada vez sus mensajes eran más violentos y fuera de cordura.

Ya X no me preocupaba. Ahora tenía el documento que salvaría mi vida. Si le daba por contar mi secreto no sería expulsada y listo, pero a pesar de todo pasó la semana y no me delato, no reveló mi secreto, nada.

Y al fin, había llegado el día que había ansiado desde que puse mis tacones, fingiendo ser Ashley, en Woonder.

EL DÍA DE LA GRADUACIÓN.

Todo había acabado.

Había logrado llegar hasta aquí sin que mi secreto fuese revelado.

Habían acabado las clases, los exámenes y al fin, esta noche me dirían:

—Ashley Afflets, graduada en economía.

¡Tendría mi carrera!

¡Mi JODIDA carrera!

No mas mentiras, no mas farsas, no mas Woonder.

Todo había terminado bien después de todo o… ¿podía complicarse todo y salir mal?

Después de desayunar junto a mi amor sabía que había llegado un momento que había estado retrasando.

—Tienes que hacerlo, lo sabes.—Me recordó.

Lo mire con mala cara mientras tragaba un pedazo de sándwich.

—Lo sé. No me lo recuerdes más, YA LO SÉ.—dije molesta con la boca llena tratando de no soltar comida mientras hablaba y de no verme como una salvaje comiendo.

—Bueno, vamos entonces.—expresó levándose de la silla.

Me levante casi siendo arrastrada por él hacia la puerta mientras yo soltaba improperios.

Nos montamos en su nuevo auto y en menos de diez minutos estábamos frente al lugar que por cinco años fue mi hogar, el lugar donde creí que tenia a una hermana y tenía a una enemiga.

Bajamos del auto e increíblemente aun conservaba las llaves del depa.

Miles de veces había pensado votarlas pero, ñeh.

Se preguntaran: ¿Para qué va Anne allí?

Pues quería mi ropa, desde que había llegado no había ido allí y necesitaba mi ropa, mis cosas.
Ahora que todo terminaba y que me iría lejos debía recoger todo lo mío de allí.

Entre como si fuese la dueña encontrándome a las dos personas que menos quería ver en la faz de la tierra y mira que esos puestos antes lo ocupaban mi tía Juliette, borracha, loca y mi tío Anthony, idiota, mujeriego y machista, pero ahora esos puestos eran ocupados por: