•|Capítulo 28|°

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—¿Por qué creerle a una farsante? ¿Por qué creerle a una chica que finge lo que no es? ¿Por qué creer en quien dice ser Ashley y es Anne?
Simplemente porque que sea una farsante, que no sea la típica protagonista es lo que la hace especial.

Anne:

Llegó el lunes, amigos míos.

Me levante temprano para prepararme pues teníamos que ir a la universidad.

Solo que este no sería un lunes cualquiera.

Sería el comienzo de algunos descubrimientos:

Aunque fuese lo que más quería yo no era una chica común que asistía a una universidad mega común y que tenía una rara relación de compañerismo sexual con el chico más común.

Yo era Anne Deiss, quien guardaba un gran e importante secreto, asistía a Woonder, universidad elite que tenia ocultos más secretos que el mismísimo mar y tenia dicha relación con Aarón Hunder, quien era sospechoso principal de todo lo raro que ocurría a nuestro alrededor.

Esa mañana de lunes mientras me cepillaba tocaron la puerta con insistencia.

Alice se duchaba, así que abrí.

—¡¡HELLOOOO!!—grito casi destruyendo mis oídos, nada más y nada menos que Megan Connor’s.

Ella entro al depa como Juana por su casa y seguida de toooda su tropa de estilistas, manicure, maquillistas en fin, el equipo de belleza de Blacke.

Alice se asomo por la puerta de su baño con una toalla en la cabeza y otra cubriendo su cuerpo, con esa cara de niña buena que siempre tenía, esa cara que sabias que era buena, dulce.

—¿Quue ocuurree?—preguntó y apenas se le entendió pues tenía el cepillo de dientes en la boca, impidiendo su buena pronunciación.

—¿Cómo que qué?—soltó Megan.—Vinimos a arreglarlas para que vayan a la universidad.

—¿Para eso no nos arreglaron ayer?—pregunte.

—Mira tu cabello, hecho un desastre, mira el de la otra. Miren esos rostros. Ya todo lo que hicimos ayer se les fue durante la noche.—explico Megan como toda una profesional.

—¿¡Entonces para que vinieron ayer si hoy tenían que volver?!—pregunte llegando a la irritación.

—Ah.—expreso ella.—No lo sé, solo vinimos ayer porque el dios Blacke nos lo pidió. Supongo que quería que vieran el talento de su equipo, ademásssss, ayer hicimos cosas que hoy no podríamos hacer en veinte minutos, ya les arreglamos las uñas y… otras cosas. Ahora solo queda buscarles un buen vestuario, poner esos cabellos en orden, maquillarlas y listo.

Megan era una mujer que no era hermosa, pero tampoco era deslucida.

Vestía de blanco, abrigos de pieles y eso y pantalones largos y exóticos.

Su cabello era morado, obviamente se lo había pintado.

El color era llamativo y la daba brillo pero también daba la impresión de que estaba loca, aunque si, estaba loca.

Tenía esa personalidad de líder pero al mismo tiempo era carismática y transmitía confianza.

—¿Vestuario? ¿Son consientes de que a la universidad se va con un determinado uniforme?—pregunto Alice.

—¿Ves a Blacke llevar uniforme?—pregunto Megan.

—No.

—¿¡ENTONCES?! Tu eres H-E-R-M-O-S-A, te verán sin uniforme y te veras tannn bien que no podrán decirte más que elogios, nadie te dirigirá la palabra para regañarte.
—Dictamino la mujer.—¡Vamos! Manos a la obra que el dios de dioses las espera abajo.

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora