—Nada es perfecto. Si tienes buena salud, no tienes dinero. Si tienes felicidad, no puedes tener amor y si tienes playa no puedes tener auto.Anne:
Ya metida en mi habitación me puse un bikini que estaba entre la ropa que Zach me había comprado.
Era un bikini muy corto, incluso se me vinieron ideas raras al pensar en Zach comprando eso para mí.
¿Me habría imaginado con esto?
¿Le habrá gustado pensar verlo en mí?
¿Le gusto ese pensamiento a su amiguito de abajo?
Termine por ponérmelo más por él que por mí.
Solo quería saber cómo reaccionaría al verme.
Salí de la habitación y aun Zach no salía de la suya. Me detuve en la puerta de su habitación y juraría que escuche un leve gemido.
Toqué la puerta insistentemente con un solo pensamiento:
ESTA FOLLANDO CON UNA TÍA.
—¿¡Q-qué?!—expresó.
—Abre.
—¿Qué quieres?
—Abre.
Él demoro unos segundos y luego abrió la puerta.
Lo que vi delante de mi me dejo boquiabierta.
Él estaba con solo un bóxer negro puesto y en su entrepierna se notaba una erección que trataba de disimular con sus manos.
—¿Con quién follas?—pregunte directa.
—¿Eh?
—¿¡Que con quien follas?!—grite.
—Con nadie. ¿Estás loca? Aquí solo estamos tú y yo. ¿Con quién voy a follar?
Entre a su habitación apartándolo. El lugar lucia ordenado e impecable, al igual que la mía tenía TV, aire acondicionado. Tenía un pequeño librero al lado de su cama. Un baño y listo. Ni rastro de una mujer.
¿Por qué actuaba como loca? Ni idea.
—¿Por qué gemías y por qué estas duro?
—¿En serio?
—¡Dime!—exigí.
—¡Me la estaba jalando!—gritó.— ¡Me estaba jalando la polla y si me hubieses dejado hubiese terminado!
Buen argumento. Irrebatible.
Sin decir nada más pues no le iba a preguntar por qué se la jalaba justo después de la cosa rara sucedida entre nosotros, lo tome del brazo y lo arrastre hacia afuera.
—¿Qué haces?—preguntó.
—Tu problemita, no es nada que un buen chapuzón de agua fría no pueda solucionar.—Le explique.
—Tranquila, ya está bajando.—dijo.—Solo necesito dejarte de ver.—susurro aunque lo escuche.
—¡Me vale un bledo!—grite arrastrándolo al agua.
Sentí como mis pies tocaban ya la fría agua azul perfecta.
Nos introducimos más hasta que el agua nos di por la cintura a ambos.
Se sentía jodidamente bien estar allí. Sin Woonder, sin secreto, sin amigas falsas. Solo él y yo. Tal cual éramos, Anne Deiss la chica pobre y Zach Miller el chico infiltrado.
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Tu Secreto En Mis Manos ©
Teen FictionElla guarda un secreto. Ellos muchos. Ashley Afflets es una chica que oculta más de lo que a simple vista puede parecer. Aarón Hunder es un chico popular peligroso, guapo, astuto, amante del peligro y genio a la hora de descubrir secretos. Zach Mill...