—¿Que es un farsante?
—Un perfecto imperfecto mentiroso.
—¿Que es una farsa?
—La cruel, necesaria, grande y peligrosa mentira del farsante.
—¿Como acaba un farsante?
—Roto, perdido o...
La pequeña gran farsante:
Mire a los dos chicos frente a mí.
Zach.
Aarón.
Zach, guapísimo como siempre, molesto, su piel tenía una tonalidad roja como si de tanta furia fuese a explotar.
Aarón se veía guapo, claro, nervioso, atento a mi respuesta. Mechones de cabello caían sobre su frente.
¿Qué escoja?
—¿Q-qué se piensan que es es-esto? ¿Una novela visual? ¿Un juego de rol de esos lovestory donde la chica escoge a uno de dos o tres chicos?—pregunte nerviosa.
—Si así lo ves más fácil, si, es eso mismo. Llegaste al final del juego, es hora de escoger.—dijo Aarón.
¿¡Estaban locos o qué?!
No entendía ni mis propios sentimientos. ¿Cómo iba a ser capaz de escoger entre ambos?
Zach, era el chico misterioso que ame desde que llegue a Woonder, lo ame en secreto porque Ashley Afflets no podría estar con el rarito o seria mi perdición pero obviamente eso luego me valió un bledo.
Aarón, el chico que debí enamorar para descubrir el secreto, lo use y lo odie desde que lo vi por primera vez solamente por ser altivo y saberse guapo, y eso mismo me enamoro luego.
¿A cuál quería más?
¿Cuál era realmente al que quería?
Me comenzó un dolor de cabeza horrible y mi cuerpo pareció fallar, me apoye sobre la camilla mientras ambos me miraban preocupados.
—¿Estás bien?—preguntó Zach.
—Claro que no.—soltó Aarón.—Tengo una propuesta.
Zach y yo lo miramos atentos.
Ante lo de que me decidiera por uno y ahora Aarón decía que tenía una propuesta pues solo me vino una idea a la mente:
Va a proponer un trio. Oh my gossssh.
—Tus propuestas tienen fama de poco duraderas y algo picantes y no quiero nada contigo.—dijo Zach, también había pensado en lo del trio.
—¿Por qué siempre creen que propondré algo sexual? Además solo me van las tías, tienes cara de una pero te faltan chichis.—soltó Aarón.
—Digo lo mismo.—espetó Zach.
Allí estaba yo en modo:
incomoda total.
—El trato es: UNA SEMANA. Debes decidirte en una semana por uno de los dos, ambos trataremos de demostrarte lo que vale cada uno y al final de la semana sabrás con cual la pasaste mejor, con cual te sentiste más cómoda, con cual te sentiste mas protegida y sabrás a cual quieres mas.—dijo Aarón.
—Es lo más decente que dices en tu vida.—dijo Zach.
—Así es, no me obligues a cagarla dándote un puñetazo en la cara.
—Acepto.—dije de pronto.—Una semana.
***
A los tres días de aceptar el trato de Aarón me dieron el alta del hospital.
Al estar mejor Zach propuso que pasáramos las vacaciones en su casa de la playa, cosa que por supuesto era para anotarse un punto en la competición por mi amor. Obviamente al volver allí recordaría todo lo que habíamos vivido juntos.
Decidí invitar a la aventura a Blacke y a Claire, que ahora eran como los hermanos que nunca había tenido, se habían preocupado mucho por mí con lo del disparo y en este instante me contaban que sucedió en adelante desde que me desmaye.
—En lo que Aarón y Zach te llevaban al hospital pues Regid intento huir, tomo a Alice de rehén pero la policía fue mas ágil que él.—contó Claire.
—Alice debió pasar un mal rato.—dije. Luego recordé que todo el trauma del secuestro de pequeña, su timidez y eso era mentira.—O tal vez no, teniendo en cuenta que no era la chica buena que creí.
—Tampoco es la chica mala que crees ahora.—dijo Aarón.
—¿La defiendes? Menos dos puntos para Aarón.—dije.
Todos se echaron a reír.
—Cuidado Aarón. Casa en la playa, va sentado a su lado y de contra pierdes dos puntos. Zach va ganando.—canturreo Blacke.
Zach a mi lado se carcajeo mientras le dedicaba una mirada de triunfo a Aarón.
Aarón que conducía, apretó el volante furioso.
—Ar.—dijo Chad quien también iba con nosotros.—No te pongas así. Quita esa cara y lucha, amigo.
En poco tiempo llegamos a la casa en la playa.
Todos soltamos el equipaje y nos cambiamos para entrar al agua como pececillos sedientos.
La casa continuaba como recordaba.
Sonreí al volver a la sala luego de ponerme el bikini. Recordé la tormenta, el miedo que sentí, Zach y yo en plena oscuridad, la lectura del libro erótico y lo que vino después.
Me quede sonriendo como boba allí.
Tal vez Blacke lo dijese como broma pero realmente Zach iba ganando, en pequeños gestos me había hecho darme cuenta de cuánto le quería.
Mire el sofá y nos vi allí a todas horas y desee sentir las dulces manos de Zach sobre mi cuerpo.
De pronto algo me sacó de mis pensamientos.
Unas manos me tomaron de la cintura y me elevaron por los aires mientras yo pegaba un grito de sorpresa.
El chico musculoso me cargo como una vez hizo mientras yo me resistía, como un saco de papas me llevo hacia afuera corriendo.
No necesite mucho para saber quién era:
Los tatuajes.
La musculatura inconfundible.
Ese aroma masculino mezclado con el olor de su cabello y su olor a loción.
—¡Bájame, idiota!—grite.
—Como extrañaba que me llamaras así.—dijo bajándome y cuando mis pies tocaron el suelo sentí cerca las olas mojándome.
Ya estábamos en la orilla.
La figura imponente de Aarón se erguía sobre mí.
—Idiota.—exprese mirando a las grandes olas hasta que su mano se posesiono en mi mentón y me obligo a mirarlo a los ojos.
—Si dices que lo quieres más que a mí, estarás mintiendo y lo sabes.—expreso.—Estoy dispuesto a cambiar, POR TI.
Lo observe.
Tenía un arete en su oreja izquierda, su rostro se veía algo entristecido, sus labios entreabiertos tan apetecibles como los recordaba.
Unas ganas de besarle me invadieron, no quería hablarle, solo quería hacerlo allí mismo.
Necesitaba volver a arañar su espalda mientras me follaba.
Acercamos nuestros rostros y entonces algo me golpeo, algo no tan fuerte pero que me tomo de sorpresa y me empujo hacia el agua.
Cuando salí a la superficie vi a mi lado una pelota grande flotando y a Blacke riendo a carcajadas.
Tome la pelota y se la lance a él, haciendo que se cayera en la arena aun carcajeándose.
Así es como me salvo de besar a Aarón o me jodi por no besarlo, aun no definía si la intervención de Blacke había sido buena o mala para mí.
Aarón se adentro en el agua y al poco tiempo Zach entro también junto a Blacke con Chad y Claire.
Saltamos, jugamos, reímos, nadamos y Blacke casi se ahoga porque se fue demasiado lejos y tuvo que volver nadando como loco porque juraba haber visto a un tiburón.
Cocinamos carne asada, hecha por Zach, una ensalada, hecha por Claire, el arroz fue fruto de Aarón, Blacke se encargo de salir junto a su querido Chad y ambos compraron CINCO botellas de vino.
¿Qué hice yo? Pues les brinde mi presencia y mi opinión sobre la comida, oh y casi lo olvido: Les brinde el espectáculo de verme borracha.
Al día siguiente comencé a contar los días que me quedaban hasta decidir si me quedaría con Aarón o con Zach.
Tras pasar tres días en el hospital y uno que llevamos en la casa de la playa, donde solo nadamos toda la tarde, ya había perdido cuatro días y aun no sabía qué hacer.
Tres días.
Solamente tres días me quedaban para decidir.
Día 1 antes de la GRAN DECISIÓN:
Al día siguiente toda la playa estaba de fiesta. El curso había acabado y los jóvenes iban a festejar, abrieron bares cerca, en toda la playa se extendían puestos de comida, música por todos lados.
Paseamos los seis por toda la playa probando pizzas, churros y otras.
En una parte de la playa varias personas, turistas y jóvenes bailaban al ritmo de canciones transmitidas por grandes bocinas.
Bailamos animadamente entre el gentío.
Chad y Blacke bailaron pegaditos todo el rato. Qué envidia, de la buena pero envidia.
Yo baile sola hasta que alguien poso sus manos sobre mi cintura, yo estaba de espaldas a quien había comenzado a bailar pegado a mí.
La fuerza de su agarre, sus movimientos. No podía equivocarme, estaba segura. Era él. Ya había experimentado esto. Bailar con él. Ya lo había hecho, ya había sentido sus manos sobre mi cintura. Era él. Solo él podría causar esa mezcla de sensaciones con tan solo acercarse. Solo él podía hacerme sentir como en casa y sentirme en peligro al mismo tiempo.
Me di la vuelta y lo encare.
—Aarón.—exprese.—¿Qué haces?
—Shhhh. Es un secreto.—dijo cerrando los ojos y bailando lentamente.
—¿Qué es un secreto?
—Lo que hago.—respondió.
—Solo tratas de seducirme. Eso no es ningún secreto.
—Entonces, ¿si sabes lo que hago para que preguntas?
Mierda.
Él y sus jueguitos.
—¿Recuerdas la fiesta a la que te lleve luego de salir corriendo de la dirección?—preguntó.
—Nunca olvidare eso.—respondí.
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Tu Secreto En Mis Manos ©
Teen FictionElla guarda un secreto. Ellos muchos. Ashley Afflets es una chica que oculta más de lo que a simple vista puede parecer. Aarón Hunder es un chico popular peligroso, guapo, astuto, amante del peligro y genio a la hora de descubrir secretos. Zach Mill...