•|Capítulo 18|°

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Los chicos buenos no son divertidos pero son gentiles los chicos malos no son buenos pero son divertidos, los chicos populares no son caritativos pero son famosos.
Las chicas no deberían estar entre tres chicos o las cosas pueden terminar mal.

Anne:

Música híper alta.

Cuerpos bailando unos contra otros.

Luces de diferentes colores de aquí para allá y de allá para acá.

La fiesta había comenzado.

Luego de ir a la tienda y comprarme una ropa súper cool seguimos a la mansión de los Hunder.

Era una mansión digna de películas, muy grande.

A todos Araron los podía engañar pero a mí no:

¿De dónde había sacado esa mansión si estaba en banca rota?

Al llegar me había cambiado con la ropa que me había comprado Aarón, si, el dinero lo puso él y yo escogí la ropa.

Ahora estaba en medio de ese tumulto de gente.

El bajo de la música resonaba en mis oídos

Había bailado durante un buen rato pero estaba cansada.

Aarón estaba por un rincón, como había previsto:

Besuqueándose con chicas.

Me estaba tomando una copa de whisky para pasar el rato cuando todo quedo oscuro.

No, no se había ido la corriente.

Unas suaves manos se posesionaron en mi rostro.

—¿Quién eres?—pregunte.

Silencio por respuesta.

Aarón: DESCARTADO.

Alice: HIPER DESCARTADA.

Algún idiota queriendo hacerse el gracioso solo porque le hable una vez: SEGURO

Quite sus manos de mis ojos y me di la vuelta.

¿Qué?

No, no, no, no, no.

ERA UN PUTO ESPIJISMO.

ESO NO PODIA SER REAL.

Era…

Era…

Era el inigualable, el único, guapísimo pero odioso y detestable:

¡¡BLACKE WILLIAMS!!

Él me observo con una sonrisa gentil en su rostro como si nunca me hubiese lanzado en la cama, gritado en la cara.

Ese día pensé que me golpearía, me asusto realmente.

Tome mi preciada copa y me aleje pero como ya era costumbre en los idiotas que conocía, él me siguió y se detuvo en el camino.

—Ann…—Se detuvo de golpe.—Ashley. Perdón.—dijo y me pareció sincero, juro por dios que me pareció sincero.

—Que te den ya sabes por dónde.—solté e intente apartarlo del camino pero ja, él era una maldita piedra.

—No soy así, no soy violento. Ash, déjame explicarte, ¿sí? Si después de eso quieres que me jodan pues… que me jodan.—dijo en tono de suplica.

—Está bien. Tienes cinco segundos, comienza YA.—Le dije.

—Desde pequeño Ashley era la única chica que veía seguido además de la más hermosa. Cuando la adolescencia llego…

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora