•|Capítulo 43|°

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—Dicen que un clavo saca otro clavo pero… ¿Quién saca a quien? ¿Zach a Aarón? ¿Aarón a Zach?

Anne:

Salimos del auto y aun no lograba entender que no iba presa. ¡Él no me llevaba presa!
Mi situación cambiaba por segundos.

De ir a una inmunda prisión a parar a una playa hermosísima.
La vista era inigualable, las olas eran grandes, azules y cristalinas. Se veía todo como si estuviésemos en el paraíso mismo.

Tenía zapatos puestos y aun así se sentía la suavidad de la arena tan pura y blanca como la nieve.

El sol azotaba como si de una ola de calor se aproximara pero no me molesto, al contrario se sentía perfecto. Ese olor a agua salada respectivo de las playas llenaba mis fosas nasales y era renovador. El aire refrescaba con tan solo su paso por los alrededores.

Era el lugar perfecto.

Observe a Zach sonriente, él sonreía también mientras el sol hacia brillar sus ojos y su rostro lucia más claro, su cabello se movía por el aire.

—Esto tiene que ser un espejismo. Seguro aun estoy en el auto durmiendo y soñando con esto para despertar y saber que llegamos a prisión.—Le dije dudando de que todo fuese tan bueno.

Él carcajeo sin pena alguna llevando su mano a su estomago como si le doliese reírse tanto.

—¿Te pellizco para que veas que es cierto?—preguntó.

—¿Eso no es muy de niños?—pregunte yo.

—Yo me refería a un pellizco y a una mordida labio a labio, ya sabes más adulto.—respondió.

—O sea que es solo una justificación para besarme.

—Yo solo decía, un besito para que veas que todo es real y pues si es un sueño pues con el beso te despiertas. Ves un beso es la solución.—dijo sonriendo.

—¿Eso no sería antitético? ¿Policía con criminal?

—No eres una criminal.—aseguró.

—¿Entonces por qué me llevabas presa?

—¿Entramos?

Decidí hacerle caso y entrar.

La casita era bonita y amplia.
Parecía un hotel en su  estructura:

Ventanas y puertas de cristal.

Televisión mega grande.

Una sala muy amplia y con grandes sillones.

El suelo solamente debía valer más que el dinero de todos mis antepasados pues era de un material muy hermoso.

—¿Y?—pregunte, incitándole a hablar.

—Nunca pensé en llevarte presa, Anne.—aseguró.—Sabia que estabas tras la pista de Betty. Estuve al pendiente de todo lo que descubrías.

—Sí, sí, ya sé que tu plan era descubrir el secreto a través de mí.

—Tenía guardias vigilando a Alice porque tenía la sospecha de que sabía algo. Esa noche cuando salió de casa mientras dormías la seguimos hasta la mansión de Aarón, fingí que me cruzaba con ella antes de que entrara y le puse un micrófono.—confesó.—Escuchamos como le contaba a Aarón que estabas tras de Betty para descubrir el secreto, dijo que no podías saber nada o todos se enterarían. Esta mañana te busque para advertirte que tenías que huir, que Aarón lo sabía  todo pero no te vi.

—Entonces, cuando supe que los padres de Ashley estaban en Woonder te busqué sabía que debías huir y te vi escapando con Claire y Blacke, los seguí y allí tuve que hacer algo para alejarte de todos.—explicó.—Hay muchas personas detrás de ti: Aarón dolido por tu mentira, Alice dispuesta a todo por mantener el secreto en el que está involucrado su padre, el o la chantajista que espera a que le tengas nueva información, los padres de Ashley que llegaron a visitar a su hija sin saber que no es su hija quien está en Woonder.

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora