•|Capítulo 51|°

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—¡Aarón Hunder! Maldito o… ¿No es como creía?

—¡Zach Miller! Perfecto o… ¿No es como se veía?

—¡Anne Deiss! Farsante o… ¿No es como lo contaba?

Anne:

—¡¡UHHHHHHH!!

Todo Woonder estaba gritando.

—¡FARSANTE!

—¡Púdrete!

Allí estaba yo, parada en el podio, en el escenario, frente a todo Woonder.

Mi cabeza daba vueltas.

La figura de ella entre el público, su sonrisa malvada repitiéndose en mi mente, su cuerpo se dividía en tres, cuatro, cinco.
Estaba viendo todo múltiple.

Las luces rojas y azules de los autos decían que la policía estaba en la escena.

Por un lado vi a Aarón, separado de todos, viéndome con los ojos cristalizados, rendido, triste.

Por otro lado vi a Zach, junto a los oficiales, ignorándome como si fuese su peor enemiga.

¿Cómo había llegado allí?
¿Cuándo? ¿Qué había pasado?

No entendía nada.

Entonces entre todo el público, entre todas las personas exaltadas que gritaban hacia el escenario vi la figura, la silueta oscura de una persona.

Mi corazón latió, un escalofrió recorrió mi espalda, un presentimiento terrible se adueño de mí. No fue la silueta o lo terrorífico de no poder definir quién era o lo horrible de solo poder ver una tenue sombra, sino su mano, una mano alzada en dirección al escenario y en su mano una pistola.

Entonces el sonido sobresaltó a todos, no había duda había sido un disparo.

Todo se sumió en gritos, gritos y más gritos mientras que mi mundo comenzó a dar vueltas, me sentía terrible y no sabía qué hacer y lo peor era que la bala había impactado a alguien en el escenario, a alguien que debía estar cerca de mí y entonces me atreví a darme la vuelta y ver de quien se trataba…

     D o s    H O R A S   A N T E S :

Luego de que Zach se fue entre a mi auto y conduje hasta el bar cerca del departamento que compartía con Alice, siempre lo veía de lejos y nunca había entrado, hoy sería el día.

¿Por qué me iba a un bar en vez de a la graduación?

Porque necesitaba alcohol para atreverme a lo que iba a hacer.

Llegue al bar y apenas entre note que no era el tipo de lugar al que ibas vestida como yo, un vestido de gala carísimo y finísimo para ir a parar a ese antro.

Era un local pequeño pero tenía unas luces purpuras que me parecieron perfectas, le daba un toque muy cool, el olor a alcohol se sentía a kilómetros, hombres vomitando, otros tocando el trasero de las camareras, más hombres gritando y celebrando un día mas de su asquerosa existencia.

Todos allí tenían caras de delincuentes, locos, violadores y hasta peores.

Me senté frente a la barra sintiendo las miradas sobre mí y hable a la chica que yacía de espaldas a mí, en el mostrador:

—Dame lo más fuerte que tengan.—exprese de mala gana.

—Como desee…—la chica se dio la vuelta y me observo perpleja, casi tanto como la observe yo.

—¿¡ALICE?!

—¿¡ANNE?!

Me levante de golpe.

—Esto tiene que ser broma.—dije.

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora