°|Capítulo 23|•

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Lo bueno es bueno y lo malo es malo. Entonces… ¿¡QUE DEMONIOS ES ESTO?!

Anne:

Aarón me tenía tomada de los tobillos, completamente abierta para él.

Debo admitir que la situación era bastante vergonzosa, obviamente solo para mí porque él observaba mi sexo sin problema alguno, con descaro, lujuria, fijeza.

Sentía muchísimo calor y aun no definía si era la situación, una ola de calor, los desechos al medio ambiente que nos pasaban factura, los rayos del sol que dan cada vez más directo a la tierra o lo que fuere.

Me dedique a observar su cuerpo atlético completamente desnudo frente a mí, sus músculos marcados, sus perfectos pectorales, sus fuertes brazos y su… ya saben.

Estaba muy duro y era realmente grande.

La pregunta de: ¿Eso cabe? Pasó por mi cabeza dejando detrás un miedo de que terminara sangrando, de que doliera o que se yo, de que me partiera en dos.

Me fije en que no solo tenía tatuajes en uno de sus brazos sino que tenía varios en su pecho, estos nunca los había visto con mucha atención.

El día de la fiesta estaba taaan borracha que no me fije ni en sus tatuajes por eso quería estar en mis cinco sentidos, quería apreciar su cuerpo y recordarlo aunque ahora con el miedo que sentía ya no sabía si hubiese sido mejor estar borracha.

Él rozo su miembro con mi entrepierna y fue un roce obviamente nuevo para mí pero lo había deseado tanto que cerré los ojos y me permití disfrutar del acto.

—¿Sabes que estás muy mojada? Podría comenzar ya, ahora mismo.—Me dijo observando con deseo mis partes.

—Pues hazlo.—Me atreví a decirle.

Si, tenía miedo pero no podía esperar más, estaba excitada, estaba muy caliente y ante eso el miedo parecía no tener voz.

—Anne—pronuncio con detenimiento y preocupación.— ¿Estas preparada?

Asentí con timidez.

Él comenzó a introducirse dentro de mí, fue algo realmente raro de ver así que aparte la vista.

Sentí como si mi interior estuviese hinchado, un ardor, una incomodidad.

Esperaba que eso pasara en algún momento porque si eso era lo que se sentía siempre no se sentía nada bien.

Aarón no movió ni un músculo y eso me hizo pensar que si, en algún momento debía acostumbrarme y no sentiría esa molestia.

Observe cual era la situación y me horrorice.

Mierda. Mierda. Mierda.

¡SU MIEMBRO AUN NO ENTRABA COMPLETO!

Me sentía ese horrible ardor y aun no estaba ni siquiera completo dentro.

—A-Aarón…No se te ocurra moverte…—Le pedí.

Él se acerco a mí aun sin mover su miembro en mi interior, beso con dulzura y seducción mi cuello y dijo a mis oídos:

—Me estas obligando a ser bueno y no me gusta ser el chico bueno, dulce que espera a que la chica se adapte. Me gusta ser el malo que la embiste y la hace gritar de dolor hasta que comienza a gritar de placer.

Lo observe con dulzura, tome su rostro entre mis manos.

—Pero sabes que de ser el chico malo ahora y embestirme me dolerá y me lastimaras, si, tal vez luego sienta placer pero me habrás lastimado al comienzo. ¿Serías capaz de lastimarme?

Tu Secreto En Mis Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora