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Capítulo 07, Parte II:
Lágrimas nerviosas.


Pero extraño gritarnos, pelearnos

y besarnos en la lluvia.

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Kim Jungwoo quizás era el hombre más tierno que conoció en años. Y no tierno infantil, o de esos que pretendían ser dulces hasta lucir vergonzosos. No, el chico verdaderamente era adorable sin quererlo, con su inocente rostro alegre que se ruborizaba sin esfuerzos y aquellas risillas tímidas que lo hacían lucir más joven de lo que en realidad era. Él por completo gritaba caballerosidad, pero una diferente a la que había conocido de Na Jaemin, o incluso de John Suh. No parecía esforzarse por ser alguien que no era.

El chico venía de una buena familia de clase media, contándole tras un par de copas de champagne que, estaba haciendo una maestría en ingeniería robótica y que aún así, podía mantener su trabajo sin problemas. No quería parecer tan impresionada de él, pero le fue imposible al escucharle decir que también se enfocaba en sus tiempos libres en obras de caridad que pensaba que podían hacer una diferencia en la ciudad. Le gustaba su altruismo, creyéndole una buena persona incluso sin conocerle por completo.

—Es hora. —Anunció ella, mirando el artefacto en la pared lisa que indicaba que su tiempo juntos había acabado.

—¿Es hora de qué? —Se atragantó un poco con su trago, a ese punto estaba demasiado enrojecido debido a todas las copas que ya habían tomado. Claramente estaba ligeramente ebrio.

—Es hora de irnos —Dijo, tomándose lo que restaba de la botella de un tirón como si no fuese nada para ella. Y si se sinceraba, en realidad no era nada todo aquél alcohol que había ingerido sin descanso—. Nuestro tiempo juntos se ha acabado... Por desgracia. —Añádió sin vergüenza, de verdad lamentando volver al Gran Salón a continuar con la noche y tener que soportar a los demás presentes.

Si estuviese a su disposición, pasaría lo que restaba de velada junto a Kim Jungwoo, en aquél pequeño espacio que se convirtió en una especie de refugio ante los ojos hambrientos de los hombres desconocidos.

—Oh... —Soltó con un suspiro nada animado, buscando torpemente su blazer que había quedado perdido en la cama al haber estado más cómodo a su lado.

Miranda no quería volver a aquél lugar, no cuando se sentía tan tranquila pasando la noche y conversando con aquél chico que cada vez era menos un desconocido y más un confidente. El castaño se vistió con su blazer de una manera atropellada, evidentemente abrumado por el alcohol. Ella le miraba divertida, rindiéndose a ayudarle al notar que no podía sujetar el único botón que mantenía cerrado la prenda de ropa. Jungwoo no se movió mientras ella acomodaba su traje, distrayendo su vista sobre la chica que hacía el trabajo con pericia y rapidez. Sin evitarlo, mantuvo sus manos sobre el pecho plano del chico al acabar su trabajo, alzando su rostro hacia él para darle una sonrisa sincera llena de gratitud.

—Te haré una sola pregunta antes de dejarte ir —Jugando con los pliegues del blazer, Miranda dudó antes de hablar—, ¿realmente no estás atraído a las mujeres? —Volviendo al tema que horas atrás dejaron a un lado, sintió la curiosidad picar por todas partes de su cuerpo.

Jungwoo dio una larga respiración, temblorosa.—Nunca he estado con una. Siendo sincero, nunca he estado con nadie. —Confesó sin poderla ver, avergonzado de sí mismo.

Miranda enternecida por su honestidad de su confesión, no dudó en darle una caricia sobre su mejilla, paseando su dedo sobre la comisura de sus labios llenos. Deteniéndose ahí, le pidió que le observara sólo un segundo, y así fue:—Jungwoo-yah, ¿me permites... Me permites besarte?

𝐑𝐢𝐜𝐡 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐂𝐫𝐲 [NCT REVERSE HAREM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora