Capítulo 18:
Lágrimas de un amor.Quiero que tus ojos, que alguna vez fueron indiferentes
me digan que tú también me amas.
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Miranda entró en el restaurant de luces cálidas, con una sonrisa vistiendo su rostro y un enrojecimiento en las mejillas que la hacían llevarse algunas miradas algo entrometidas. Su corazón aún iba a un paso rápido pero calmo después de todo, tranquilo por haber sido acogido unos minutos entre unos brazos delicados que le recubrieron en un agarre que gritaba promesas de un futuro más brillante.
No le fue difícil encontrar a Kim Jihan entre su bruma de pensamientos, la chica agitaba eufóricamente sus brazos en una de las mesas redondas del fondo. Sus sonrisa se deslizó con facilidad al verla tan emocionada por recibirla, y esta sólo se ensanchó al ver al bonito castaño que le veía con unos ojos de cachorro que podrían enternecer a cualquiera. Habían pasado muchos días desde la última vez que se encontró con el chico, y encontrarlo esa noche para la cena, era una sorpresa agradable después de todo el cargado día que había tenido.
—¡Unnie, qué bueno que has aparecido! —Si bien apenas estaba llegando, Jihan parecía tener otros planes en vez de recibirla en la mesa. La chica se levantó como un rayo, sonriéndole con fugazmente antes de marcharse y dejarlos a ambos a solas antes de decir—. Estoy de vuelta rápido, iré al baño. —Canturreó, logrando que Miranda frunciendo su nariz divertidamente.
Dándole poca importancia al estar a solas un par de minutos con Kim Jungwoo, Miranda tomó asiento frente al chico de mirada esquiva y ojos grandes como los de un dulce cachorro. Deshaciéndose de su cómodo cardigan beige de cachemira, se percató de cómo los amplios hombros del castaño de tensaron notablemente, como si estuviese cayendo en sí mismo de que aquello era indicativo suficiente para hacerle entender que pasaría más tiempo junto a ella.
—Hola para ti también, Jungwoo-yah. —Quiso apostar por su amabilidad, para luego toparse con un fruncido tierno de su nariz que rechazaba por completo su sardónico saludo.
—¿Te ha traído tu novio? —Él habló muy sutil, con su voz tan delicada y angelical, la cual le hizo sonreír pese a la punzante pregunta.
Ella posó la mejilla sobre la palma de su mano, entornado su rostro para apreciar la duda y el temor claro bailar muy juntos dentro del celaje fingidamente molesto de los ojos de Jungwoo. Embelesada por unos pocos minutos gracias a sus bonitos orbes, Miranda fugazmente recordó la noche que compartieron juntos en The Soft Leather Club, ambos tumbados en la cama de matrimonio mientras conversaban hasta que su tiempo juntos acabó. Los mismos ojos vidriosos que le vieron indefensos en el medio de la desolada calle, pidiendo a gritos ser ayudados tras haber sido drogado. Esta noche, él parecía atacado, y la castaña sabía que era debido a ella.
—¿Novio? —Ella negó su cabeza sin fuerzas, deslizándole una sonrisita que él no la dejó pasar de su mirada—. Es un amigo, nada más. —Mintió, por supuesto, pero Kim Jungwoo no necesitaba saber la verdad hasta que quizás su compromiso fuese anunciado públicamente nuevamente gracias a la prensa.
—Amigo... —La palabra sonó molesta, con un fruncido de entrecejo que le enterneció de sólo verle hacerlo. Se supone que debería haber sido un gesto de queja, pero realmente lucía más como un puchero malcriado—. ¿Tienes muchos amigos como él, Lee Minyoung? —El como él lo acentuó con sus labios abultados en un botón de mueca, torciéndolos disgustados.
Ella sostuvo una risita, sintiendo su corazón calentarse al ver el bochorno rojizo aparecer sobre los pómulos altos del chico frente a ella. Era extraño que le hicieran una especie de escena de celos, una que rayaba a lo inocente e infantil cual dos adolescentes. No podía describir la manera en que Jungwoo le provocaba emociones pacíficas, sencillas y poco reconocibles, pero se le hacía llamativo el cómo ella se atraía a él pese al poco tiempo que tenían conociéndose. Quizás Miranda era una chica fácil gustar de otros, aunque no quería pensar de sí misma de esa forma.
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𝐑𝐢𝐜𝐡 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐂𝐫𝐲 [NCT REVERSE HAREM]
Fanfic« Oh, pobre niña rica... ¿O debería decir, pobre niña pobre? » El lugar de una mujer de alta sociedad estaba más que claro: tras las espaldas de un hombre. Miranda Lee no fue hecha para ir detrás de nadie, y le demostraría a cualquiera lo contrario...