Capítulo 35

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Al llegar a Zou, después de aquella extraña subida en el terriblemente mal dibujado ryunosuke, y toda la conmoción cuando volvió a ser un dibujo, Zoro dejo de burlarse del dragón al ver a Robin verdaderamente afectada por aquello, por lo que solo emprendió el camino junto a Torao. Antes de que Luffy se lanzara al interior de la ciudad.

— Este lugar es enorme, pero nada que no pueda manejar. — hablo el espadachín adentrándose junto a Law.

— Zoro... ¿estás seguro de que no tenemos que esperar a Kinemon? — le consulto Robin, preocupada por el samurái.

— Pero claro.... — fue la respuesta del peliverde. — hay rastros del cejillas? —pregunto mirando hacia donde se encontraban Usopp y Luffy en lo alto de una torre de vigía.

— Ohh no desde aquí. — respondió el capitán y salto al interior de la ciudad

— Luffy salto! — Grito Usopp resaltando lo obvio.

— Ni siquiera necesitabas saltar, las puertas estaban abiertas. — dijo Franky

— Esperen ahora bajo...

— Para empezar, no es como si estuvieran abiertas. — comenzó Torao examinando las puertas. — alguien las forzó a abrirse. — concluyo

Los sombreros de paja continuaron caminando tras Zoro quien iba a la cabeza junto a Law, ambos se detuvieron de golpe al sentir que alguien los vigilaba, compartieron una mirada y con un asentimiento el espadachín dijo:

— Yo me encargo. — al momento que se giraba y desenvainaba para recibir de lleno, el golpe electrocutante.

Después de aquella extraña intervención de animales parlantes, continuaron su camino y se adentraron en la ciudad, aunque Usopp quedo gravemente preocupado de lo que haya pasado a sus nakamas, por lo que Zoro lo tranquilizo diciendo.

— El ero Cook esta con ellos, deben estar bien. — esas eran las palabras que su propia mente repetía para no salir corriendo en busca de sus nakamas, y el hecho de no querer dejar a Robin sola en un lugar desconocido con posibles enemigos al acecho.

Mientras más se adentraban en la ciudad, más evidentes eran los daños que algo o alguien había causado, estaban inspeccionando la ciudad cuando un temblor sacudió la ciudad y una extraña lluvia de agua de mar cayó sobre ellos.

— Cúbrete. — Zoro tomo la mano de Robin y la resguardó de aquella lluvia, al terminar continuaron inspeccionando las casas

— Qué lluvia tan extraña. — acoto Usopp. — además no hay nubes.

— El elefante se debe estar bañando. — explico Robin

— He veo a Luffy, parece que ha caído en su trampa y lo llevan a su guarida. — exclamo el tirador mirando desde lo alto hacia el rio que dejo la lluvia de mar.

En un momento estaban junto a Usopp en la cima de un edificio y al siguiente estaban cayendo directo hacia el capitán y la mujer perro.

— Ahh chicos. — exclamo Luffy, feliz de ver a sus nakamas.

— Hey tú, mujer Nami-perro ¡él es nuestro capitán, tendrás que vértelas conmigo si continuas, maldito caníbal, pero antes, será mejor que nos regreses a nuestros nakamas! Te lo advierto este tipo de aquí puede escupir fuego. — dijo Usopp escondido tras Zoro y moviendo sus brazos para dar mayor énfasis y apunto a Franky diciendo lo último.

Wanda la mujer-perro. Los llevo hasta otra ciudad oculta en la que los recibieron entre vítores.

De entre todo el gentío Nami y Chopper aparecieron, el pequeño reno salto a los brazos de Usopp, mientras Nami se abrazaba a Luffy y murmuraba un

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