Capítulo 33

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Robin y compañía llegaron hasta la antigua meseta del rey, en donde se encontraron con la princesa Viola y el rey Rikku, en cuanto Rebecca vio a su abuelo y a su tía corrió a abrazarlos.

Usopp ya se encontraba mejor y junto a Robin miraban en todas las direcciones buscando a su capitán.

— ¿de casualidad saben dónde está Luffy? — pregunto la arqueóloga.

— Acaba de irse junto al espadachín y Trafalgar. — respondio la princesa, rebuscando entre los arbusto.

— Fufufufu ya veo, después de todo Luffy no puede estar en un mismo lugar más de cinco minutos.

— Aquí esta. — Viola llamo la atención de todos mostrando en sus manos una llave que les aseguro pertenecían a las esposar de roca de mar que tenía Law, inmediatamente Rebecca y Bartolomeo se ofrecieron para ir a dejarlas, después de una breve discusión acerca de las dudas que tenía el rey acerca de confiar o no el los sombrero de paja, y gracias a la intervención de Leo y los tontattas, que los ayudarían a llegar hasta el campo de girasoles donde se encontraba la nueva meseta del rey.

— Yo también iré, Luffy me encargo no dejar sola a Rebecca y debo cumplir con la orden de mi capitán. — aviso Robin a Usopp.

— Y quieres ver a Zoro ¿verdad? — susurro lo último.

— Si, también esta eso. — le sonrió y volvió junto a los tontattas, en ese momento conecto el den de mushi y se contactó con Luffy, le explicaron que viola había encontrado la llave de las esposas de Torao, quien les pidió que se las hicieran llegar como sea, por lo que Leo les dijo que ellos se encargarían de eso. Se generó otra pequeña discusión de como llegarían hasta el otro lado, y Leo les mostro como debían saltar para poder mantenerse flotando en el aire con la unidad voladora, y siendo llevado por los tontattas escarabajos cruzaron la ciudad.

Robin sonrió inmediatamente al ver a su amado luchando contra aquel hombre de roca, ella mejor que nadie sabía que eso era una de las cosas que lo hacían feliz, poder batirse en una buena pelea contra un contrincante digno.

Bartolomeo fue quien llamo primero la atención del espadachín pidiéndole un autógrafo, sin embargo la mirada del peliverde se dirigió de inmediato a la morena que venía atrás, quiso gritar su nombre, pero era mejor no demostrar nada frente al enemigo.

— Chicos! Que hacen volando. — exclamo a cambio sin salir de su asombro

— Zoro! ­— aquel llamado tenía un tinte esperanzador, hasta que pica reconoció a Rebecca. — mantenlo ocupado, tenemos que ir hasta el otro lado de la estatua. — el alto ejecutivo aprovecho aquel descuido para regresar a la estatua de piedra y dirigió uno de sus grandes puños hacia la dirección en la que venían volando, provocando un grito de miedo en Bartolomeo; sin embargo Zoro no se quedó quieto y ataco de inmediato.

— Santoryu Senhachiju pound ho. — y el ataque cortante similar a un cañón salió de sus katanas cortando a Pica casi a la mitad.

En ese momento miro a Robin quien le devolvía una orgullosa sonrisa, mientras él le decía al ejecutivo de Doflamingo.

— Olvide decirte algo... los piratas sombrero de paja no son solo Mugiwara no Luffy y god Usopp. — Robin suspiro con una orgullosa sonrisa en su rostro, sabía perfectamente lo que venía a continuación, conocía aquella mirada. — que te quede bien claro, yo soy el hombre que se convertirá en el mejor espadachín del mundo, nunca estuviste en mi liga para empezar.

Después de eso Robin y los demás continuaron su camino, mientras Zoro siguió en su lucha contra Pica, la que se complicó un poco cuando el monstruo de piedra se movió nuevamente a la meseta y llegaron en medio de la lucha que se desataba entre los oficiales de Doflamingo y los gladiadores del coliseo que se habían aliado a Luffy y los mugiwaras para derrotar a la familia Donquixote. Sin embargo, esto fue de hecho beneficioso para el espadachín, ya que contó con la colaboración de la mayoría de ellos.

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