𝗦𝗛𝗬 𝗕𝗢𝗬

𝑻𝒓𝒖𝒆𝒒𝒖𝒆

—Hey, chico nuevo. —escuchó a alguien hablar. Un tipo con gafas se sentó junto a él con su bandeja de almuerzo. —Escuché que empujaste a Lee durante el recreo. Eres increíble, nunca nadie lo había rechazado así. —le felicitó.

                     

Jake no entendía, por lo que se limitó a escucharle.

                     

—Él siempre está ligando con alguien, pero creo que de todas las personas a las que le ha echado el ojo, tú eres el más difícil. Me basta con verte para saberlo. —sonrió comenzando a comer.

                     

—¿Que me ha echado el ojo dices? —murmuró.

                     

—Es más que obvio. Le llamaste la atención desde el primer momento, todos lo notaron. Pero, ¿sabes qué? Te recomiendo rendirte. Tarde o temprano va a tenerte en la palma de su mano. Lee siempre obtiene lo que quiere.

                     

Aquella era información importante. Primer día de conocer a ese idiota y ya sabía que era un don Juan, probablemente famoso, y sin duda muy odioso. Evitarlo sería lo mejor por ahora. No quería tener nada que ver con una persona así.

                     

Se levantó de la mesa y miró a aquel chico.

                     

—Gracias por el consejo, supongo. —tomó su bandeja y fue a tirar los restos antes de salir de ahí.

                     

Genial. Poco y nada estaba entendiendo, pero si de algo estaba seguro era que ese tipo no quería nada bueno con él.

                     

Se dirigió a los baños. Tenía la boca reseca y eso le molestaba. Se acercó a beber agua a los lavamanos, y al levantar la vista, se topó con la persona que menos quería a través del espejo.

                     

Soltó un suspiro molesto.

                     

—Espero que me hayas seguido para darme mi libro.

                     

—Vaya, chico inteligente. —sonrió levantando el objeto en una de sus manos. —Te propongo un trueque.

                     

Sim rodó los ojos, sin embargo, volteó a verlo. Necesitaba seguir estudiando álgebra para los parciales, así que no le quedaba de otra que oírle.

                     

—Tu libro... a cambio de un beso.