𝗦𝗛𝗬 𝗕𝗢𝗬

𝑬𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍: 𝑵𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒅𝒂 | 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 II

Ahora ambos estaban desnudos sobre la cama. Habían puesto seguro a la puerta, a pesar de que estaban prácticamente solos en esa enorme casa, pero habían mantenido las cortinas abiertas. Ambos... querían ver las estrellas brillar esa noche.

Se recostaron, abrazándose y acariciándose con delicadeza, sintiendo y oyendo únicamente sus respiraciones, que chocaban por la cercanía de sus bocas.

—U-uhm... sé que esto fue mi idea pero... —Jake pasó saliva. —Creo que no estoy del todo duro... —se sonrojó.

—Yo... tampoco, pero eso puede arreglarse. —el mayor le besó la frente y tomó el miembro de su novio para acariciarle.

El rubio hizo exactamente lo mismo, de manera que ahora se masturbaban mutuamente, suspirando bajito y entrando rápidamente en calor. Aun así, la atmósfera de la habitación, lejos de representar lujuria y deseo, mostraba una profunda ternura y amor en cada una de las acciones de ambos, haciendo del momento algo sumamente especial.

—Yo... ¿debería dilatarte? —Jake le miró, recordando todo lo que había leído de las relaciones entre hombres.

Pero Lee soltó una alegre carcajada.

—¿Qué? ¿D-de qué te ríes? —se puso completamente rojo de la vergüenza.

—No es nada. —susurró entre risitas. —¿Acaso quieres ser el de arriba? —sonrió divertido.

—Ah, no... Espera, ¿solo se dilata al de abajo? —lo miró con inocencia, dándose cuenta de que efectivamente, no había comprendido del todo lo que había leído en aquellos blogs.

—Sí, a menos de que quieras que lo hagamos por turnos. —sonrió de lado.

—Pero yo no sé cómo meterla...

—Entonces no lo hagas. Yo... yo seré quien entre, ¿sí? —le dio un corto beso y, luego de verle asentir, se irguió para acomodarse entre las piernas del menor. —Bien... meteré un dedo primero. —se sonrojó, soltando un suspiro y apretando los labios, concentrándose para evitar lastimarlo.

—No, ¡espera, me duele! —se cubrió los ojos, haciendo una mueca.

—Sim, aún no entra.

—... ¿Ni siquiera la puntita? —se miraron.

—Ni la puntita.