𝑬𝒍 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓

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—Espera... Heeseung, n-no podemos... —el mayor ya desabrochaba su ropa para atenderlo.   

                     

—¿Por qué no?   

                     

—Estamos en... en la escuela. —murmuró, su voz sonando ahogada porque ahora estaba contra la pared. Heeseung lo presionaba con su cuerpo.   

                     

—Nadie nos encontrará aquí. —sonrió con calma, dejando algunos tiernos besos en el costado de su cuello. —Relájate, ¿sí? —lo abrazó, mientras su mano bajaba aquella ya apretada ropa interior.   

                     

El menor se estremeció. Pasó saliva y cerró los ojos. Confiaba en él, así que hizo sus preocupaciones a un lado y se permitió disfrutar por un rato.   

                     

Sintió una tibia mano húmeda envolverle, y gimió bajito.   

                     

Era difícil creer que tantas cosas hubieran sucedido en aquel semestre. Había cambiado mucho si pensaba en cómo era en el primer día que llegó, y todo era gracias al chico detrás de él; aquel chico que había odiado con tantas ganas, y que ahora, de alguna forma, quería muchísimo.   

                     

¿Cómo había pasado? Si lo pensaba bien, no era tan difícil de averiguar. Heeseung había sido sincero con él desde siempre, mostrándole una versión de sí mismo que casi nadie conocía; el Heeseung real, cariñoso y atento, que no tenía que fingir nada para mantener su posición, que podía olvidarse de todo cuando estaba con él, puesto que Jake jamás había intentado sacarle provecho como todos los demás.   

                     

Tal vez también ese era el motivo por el que Heeseung se había enamorado; de algún modo, fue capaz de ver que el castaño sería diferente de los demás. Probablemente conocía demasiado bien a esa clase de personas, y había notado que el menor no era uno de ellos. Que podía confiar en él, sin temor a volver a ser utilizado.   

                     

Sea como fuere, ambos habían estado en el momento y lugar adecuados.   

                     

Se habían encontrado el uno al otro para sanar sus corazones.

𝗦𝗛𝗬 𝗕𝗢𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora