𝑵𝒐𝒎𝒆𝒏𝒄𝒍𝒂𝒕𝒖𝒓𝒂

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—Hey, Heeseung, ¿acaso ya lo conseguiste? —un par de chicos pasaron con sus bandejas, molestándole entre risitas pícaras.

                     

—Cállate, está concentrado. —frunció el ceño, dándoles a ambos una mirada molesta.

                     

Jake y él estaban sentados juntos en una mesa, almorzando. O al menos Heeseung lo hacía; el otro se mantenía leyendo un libro de ciencias, bastante ensimismado.

                     

—Oye, puedes leer eso después. Tu almuerzo se enfría.

                     

—Uhm... ¿qué? —el menor le miró segundos después. Apenas y le había escuchado.

                     

Lee sonrió negando. —¿Acaso quieres que te dé de comer?

                     

—¡No! Puedo yo mismo. —Sim dejó el libro de lado con un leve sonrojo, y se apresuró a comer.

                     

—... ¿Por qué estudias en los recreos? Para eso están las horas de clase.

                     

—Quiero aprovechar bien el tiempo. Falta poco para la temporada de exámenes. —masculló.

                     

—¿Te resulta difícil la nomenclatura inorgánica?

                     

—¿A ti no? —le miró con algo de sorpresa.

                     

—No mucho. Supongo que estudiaré un poco antes del examen y ya.

                     

—¿Qué? Entonces, ¿entiendes todo?

                     

Heeseung sonrió y abrió el libro en la página que Jake tenía marcada.

                     

—Esto es lo que no entiendes, ¿verdad? —el rubio asintió. —Bien. Ya estudiaste los tres tipos de nomenclatura, ¿verdad? El que más saldrá en el examen es el de la IUPAC. —señaló las páginas en el índice. — Te recomendaría que te centres en estequiometría y cadenas de carbono. Lo que estabas estudiando no tendrá tanta ponderación. Puedes relajarte. —le devolvió el libro y le acomodó los mechones rubios que cubrían ligeramente sus ojos sorprendidos.

                     

Jake estaba atónito.

                     

—E-espera, ¿cómo sabes todo eso?

                     

—Tengo mis contactos, bebé. Pensé que ya lo sabías. —sonrió de lado y tomó su cajita de jugo para darle un par de sorbos.

                     

—¿Pagas por saber el contenido por adelantado? —alzó una ceja.

                     

—No es necesario. Le gusto a la maestra, así que ella me lo dice sin que se lo pida. —el menor se atragantó.

𝗦𝗛𝗬 𝗕𝗢𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora