𝑹𝒆𝒇𝒐𝒓𝒛𝒂𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒒𝒖í𝒎𝒊𝒄𝒂

699 111 0
                                    

El día transcurrió con normalidad después de aquello. No volvieron a ver a Jihoon, ni en los recreos ni durante el almuerzo. Por otro lado, habían olvidado un pequeño detalle.

                     

—¿En serio quieres empezar a hacer tareas el primer día del semestre? —Heeseung arrugó un poco el entrecejo mientras veía a su novio con una agenda en la mano, planificando sus horarios de estudio.

                     

—Pues claro, así adelanto trabajo y luego tendré mucho tiempo para... estar contigo. —murmuró lo último, sonrojándose un poco.

                     

—Tiempo para... ¿qué? —sonrió de lado, inclinándose para quedar cerca de su rostro y verlo a los ojos.

                     

—Para... estar con... —su corazón dio un vuelco por la cercanía y pasó saliva. Su respiración temblaba cuando posaba la mirada en esos finos labios rosados.

                     

El pelinegro notó aquello y tomó su mentón suavemente, viendo la boca contraria.

                     

—Heeseung, aquí no... —miró alrededor. Estaban afuera del instituto, a la vista de las personas que pasaban.

                     

—Entremos al auto. —susurró abriendo la puerta, y entonces...

                     

—Espera, ¿la señorita Sung? —ambos miraron desconcertados al interior del vehículo.

                     

—Buenas tardes a ambos. —sonrió acomodando sus lentes.

                     

—¿Puedo preguntar qué hace en mi auto? —el más alto se mostraba un poco molesto.

                     

—¿Tu madre no te mencionó nuestro horario de estudios? Lunes y jueves, cariño. Te ayudaré a reforzar química y física. Ahora sube, perdemos tiempo. —sonrió, acomodando su cabello detrás de su oreja.

                     

"Es tan obvia...", Jake rodó los ojos.

                     

—Bueno... supongo que nos veremos mañana, Hees-

                     

—Vendrás conmigo. También tienes que reforzar química, ¿no es así? Sube. —le suplicó con la mirada, intentando disimular.

                     

—Ah... ¡Ah, claro! Lo había olvidado. —sonrió nervioso y ambos subieron al auto.

                     

—A casa. —pidió el mayor, y se pusieron en marcha.

                     

Iba a ser una tarde muy larga para ambos...

𝗦𝗛𝗬 𝗕𝗢𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora