𝑫𝒆𝒔𝒂𝒚𝒖𝒏𝒐

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Era casi mediodía cuando por fin decidieron levantarse. Se asearon y vistieron, y bajaron al comedor para desayunar algo, a pesar de que Jake había querido irse temprano. El mayor simplemente no le había dejado ir con el estómago vacío.

                     

Doblaron por el pasillo y entonces vieron a una mujer bastante joven y de tez pálida sentada a la mesa, bebiendo café mientras revisaba montañas de papeles y tecleaba rápidamente en su laptop, todo casi al mismo tiempo.

                     

—... ¿Madre? —Heeseung habló. —Pensé que tenías trabajo en la oficina. —sonrió un poco y ambos se acercaron con la intención de saludar.

                     

—Me tomé el día porque tenía que hablar contigo. —despegó la vista de la pantalla y miró a Jake de pies a cabeza. El menor le hizo una tímida seña con la mano. —¿Otra de tus parejas? —alzó una ceja.

                     

—No lo digas así. Voy en serio con él. —frunció un poco el ceño. —Su nombre es Sim Jake. Jake, ella es mi madre. —le sonrió un poco, intentando aligerar el ambiente.

                     

—Es un gusto. —el rubio hizo una pequeña reverencia, sin atreverse a mirarla a los ojos. Ella simplemente asintió, dando otro sorbo a su tazón.

                     

—Uhm... y, ¿querías hablarme de algo? —se sentaron a la mesa con ella, pero quedando bastante lejos debido a lo larga de esta.

                     

Ella levantó un papel en el aire. —Tu informe de notas. ¿Qué te pasó en ciencias? Tus calificaciones bajaron. —alzó una ceja.

                     

—¿Recién lo has visto hoy? Salí de vacaciones hace dos semanas. —murmuró.

                     

—Heeseung, es difícil hacer el papel de madre y jefa de una empresa al mismo tiempo. Hago lo que puedo, ¿sí? —su voz sonaba filosa.

                     

"Claramente está muy, muy estresada.", pensó Jake.

                     

—Está bien, lo siento. Lo haré mejor el próximo semestre, lo prometo.

                     

—Claro que lo harás mejor. Contraté a tu maestra de química para que te haga clases particulares por el resto del año.

                     

—Pero, madre-

                     

—Sin peros. Vas a entrar a la Universidad de Seúl, y para eso necesitas mejorar tus notas. —habló severa, y entonces su teléfono sonó, obligándola a levantarse de la mesa para ir a contestar, dando por terminada la conversación.

𝗦𝗛𝗬 𝗕𝗢𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora