EN BUSCA DE LA LIBERTAD (CITRUS)

CAPÍTULO LXII: LAS ACCIONES TIENE CONSECUENCIAS (3)

Estaba claro como si fuera hacía unos momentos, por unos pocos minutos estaría lucido el recuerdo marcado en ese maldito asilo y, aunque las marcas físicas del abuso habían sanado, las mentales estaban flotando como navío expulsado del mar por algún movimiento telúrico que removía escombros y los regresaba al abismo oscuro que no conocía el humano. Los guardias, camilleros, enfermeros, de limpieza, superiores y más. Cada persona de ese psiquiátrico había recibido mínimo tres metidas de verga en cada orificio en que cupiera la asquerosa cosa.

Las drogas podían ahorrarte la humillación de ser consciente del suceso o bien el estado de psicosis te lo regalaba como apoyo a la poca cordura que el lugar te permitía. Solo fueron tres meses y en ese tiempo toco el fondo de la locura, agredió a tres guardias, le corto la garganta a un enfermero degenerado hasta el punto de vomitar y termino con una visita de regreso a ese camillero que luego de recibir un poco de su trato a Yuzu termino catatónico el resto de lo que tendría de vida.

No estaba en papel nada de eso, Luka había trabajado en eso desde que lo supo y bien que lo cubrió con accidentes aislados y una desaparición. Yuzu tenía la impresión que Yukimura conocía sus motivos porque no dijo y exigió nada, por lo que el tema se cerró con Yuzu medicada hasta para regalarle un poco a los drogadictos del parque y dejarlos viendo su añoranza por medio año. Recibió a Lee con una hipnosis tan potente que aunque sus personalidades tomaron orden, Yuzu perdió parte de sus memorias que no saldrían a flote por buen tiempo.

Huyendo de todo y de sí misma tomo el primer vuelo y comenzó a recibir del mundo más mierda similar, Luka se quedó soportando su propio infierno personal y ambas huyeron de lo que no habían resuelto. Ahora se miraban fijamente en esa habitación sencilla que resaltaba un poster de Britney Spears en el álbum one more time y los libros del gran maestro Steven King que correspondían a los 10 preferidos de Yuzu perfectamente ordenados por año y en cubierta de cuero que mando hacer ella misma. Olía a desinfectante y a tabaco húmedo, un gato estaba observando desde su cama y su hermoso collar rezaba “Bastet” y la hermosa gata negra se dispuso a dormir un poquito.

- ¿Ese de dónde salió? -dijo Lee al minino que dormitaba ya.

-La acogí justo cuando desperté hoy. -respondió con aire ausente. -La placa la pedí en línea y por un pago extra me llego hoy en el paquete.

- ¿Segura que puedes cuidar de ella? -cuestiono Lee insistente como madre de pocas pulgas.

Yuzu le dirigió una mirada severa y resoplo.

-Sino lo estuviera, la gata se habría marchado. -se cruzó de brazos. -Tiene poco de vida pero es lista, quiere quien la cuide, alimente y page el veterinario, eso puedo hacerlo.

Lee estaba por hablar más cuando Bastet se levantó de su camita y brinco al regazo de Luka en un elegante gesto de conocerla. Yukimura sonrió emocionada por el honor que ameritaba el gesto de la gata y la comenzó a acariciar en las orejas.

-Es muy hermosa. -le dijo a Yuzu. -Oh, bellísima, me ha enamorado. ¿Puedo quedármela?

-No. Es mía, me ha elegido a mí, Luka. -respondió celosa. -Me ha elegido.

Lee se aclaró la garganta visiblemente conmocionado por lo que dijo Yuzu y temió por su estado emocional hasta que sonrió tiernamente al minino y con sus dedos temblorosos le regalo una caricia tímida.

-Siempre quise uno, ¿recuerdas? -le dijo a Lee. -Pero bueno, no es como si alguien con cáncer pudiese tener un gato con quien compartir su soledad. -esbozo un rictus de repulsión. -Nunca me permitieron decir que necesitaba ayuda, que estaba sola y, cuando sufrí el colapso no hicieron más que señalarme, ¿no es así?

- ¿Así lo deseas ver? -le respondió Lee amargamente.

-Ah...

Bastet lanzo un maullido malhumorado a Lee y le bufo corriéndolo de la habitación. Sus ojos verdes destellaron propósito y le lanzo un zarpazo en señal de advertencia. Se levanto y les dejo a solas. La gata se bajó del regazo de Luka y se regresó a su propia cama y tomo la siesta.