CAPÍTULO XXXV: RETAZOS DE LA VERDADERA YUZU (2)

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La invitación a una cita termino en una caminata lenta por las calles iluminadas por comercios, casas propias o el alumbrado. No era lo más romántico que se pensaría pero para Mei el caminar sostenida del brazo izquierdo de Yuzu se sentía lo mejor que pudiera pasarle en esos momentos.

-Te ves alterada, ¿tan mal fue con tu amigo? -Le pregunto.

Yuzu se detuvo y eso coloco a Mei dos pasos delante, para no alejarse del todo, Yuzu le tomo de la mano con expresión asustada. Mei le miro sorprendida ante su semblante y le envolvió en sus brazos rápidamente. Atrayéndole la cabeza a su cuello, dejo a Yuzu llorar.

-Está bien, Yuzu... -le susurro para calmarle mientras palmeaba su espalda. -Todo está bien.

-No. No lo está. -le dijo molesta y quiso apartarse de Mei pero no le dejaron. -Yo... yo soy una persona mala-

-Nadie es bueno en esta vida, Yuzu. -le interrumpió determinada. -No existe ninguna persona en este mundo que sea un ejemplo de bondad pura. Da la apariencia muchas veces pero la verdad es otra.

-Mei, no me conoces, no sabes de-

- "En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven" -le dijo con voz citadora y sonrió alejándose para que le viera a los ojos. -Mira, no te conozco mucho y podrías tener razón en decir que no te conozco pero lo que sí sé es que todos intentamos ser buenos.

Yuzu no dijo nada.

-Me da la impresión que tú te esfuerzas más que todos... por eso es que buscas agradarle a todos, ¿no es así?

Mei le alzo la ceja en espera de una negativa y Yuzu suspiro.

-Lo dices porque estas en la misma situación que yo, ¿verdad? -le susurro con un poco de malicia protectora. -Dia tras día buscas comportarte de la forma que no cause problemas, ser "la chica perfecta".

Mei le sostuvo la mirada y se alejó un paso.

-Reconozco que me sorprende escucharte decir esto, aun así me lo esperaba.

-Perdón, no quise-

-Esta bien. -le dijo dándose la vuelta para reanudar la caminata. -Toda mi vida he escuchado palabras almidonadas y llenas de hipocresía que buscan conseguir un favor mío.

Yuzu en tres zancadas se situó a su lado, con paso de perro obediente.

-Tu critica me sabe más amigable que un "usted es una chica hermosa e inteligente". -sonrió sin verle y suspiro. -A veces lo que uno necesita no es una dulce mentira, sino una amarga verdad que ponga tus pies en la tierra, ¿no lo crees?

La rubia medito aquello.

-Me inclino a pensar que ambas son necesarias en el momento adecuado.

-Puede ser. -acepto Mei pensativa. -Pero creo que debe componerse la vida de un 20-80.

- ¿Las mentiras más que la verdad?

-Mm, si ese es tu concepto de realidad, esta bien. -se rio. -Las mentiras mayormente son positivas en la infancia cuando las cuentas las hacemos mal y para no desanimarnos dicen "estuviste cerca, ¡eres el mejor!", aunque cuando dibujamos es donde notas más las mentiras positivas.

-Vaya, acabas de hacerme dudar de los cumplidos de mis madres, gracias. -dijo amargamente Yuzu.

Mei volvió a reírse un poco y tomo a Yuzu de la mano entrelazando sus dedos. Un pequeño silencio les acompaño con el frio.

-Cuando era niña, mi madre solo me dirigía la palabra con saludos formales para los días, tardes y noches. No recuerdo alguna conversación entre ella y yo que durara más de dos minutos. -sus manos temblaron un poco. -Mi familia se enfocaba a educar de forma adecuada sin errores. Así que yo no conocí la mentira más que mi padre acostándose con tu madre mientras creía que eran colegas de trabajo.

EN BUSCA DE LA LIBERTAD  (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora