CAPÍTULO LVI: ELECCIONES PROPIAS (4)

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-Me gustaría saber que paso entre Mei y tú, onee-sama. -dijo Noa recargada en la mano izquierda mientras el auto les dejaba en casa de Eiji junto a Hotaru, Yuma, Luka y Matsuri.

Yuzu tenía los ojos puestos en el camino, como si rememorara algo y eso le provocara conmoción a gran escala. Sus dedos se movían como en ritmo impaciente por el mañana y eso dejo en claro los sucesos. Noa suspiro y decidido no preguntar más, nadie dijo nada incluso Matsuri que tenía expresión aburrida y con ganas de atormentar a alguien con una mala situación a base de chismes o simplemente diciendo lo que le vendría a la mente mientras su boca hablaba.

Cada quien durmió por separado con excepción de Luka y Yuzu, que entraron a la misma habitación y no salieron sino hasta las siete de la mañana en punto, que era la hora en que Luka iría a clases.


***

A la mañana siguiente Mei se levantó de buen humor. Una persona normal estaría dándole vueltas ante la información que le dio Yuzu a Mei con respecto al pasado. Tendría que estarse preguntando sobre el compromiso, que si era buena idea para sus intereses personales, económicos y bienestar. El otro tema era sobre quien era Noa, estaba viva esa chica, cosa que parecía no alterar a nadie; la memoria colectiva la mando al limbo donde está muerta sino la vez pero viva si aparece y habla, muy estúpido pero cierto que así es la humanidad con las personas de poco interés a sus ambiciones. Ah, y lo importante de todo era la venganza que tenía Yuzu contra Kirito.

No. Era la venganza de los cuatro; Noa, Luka, Yuzu y ella. Ese tema espantoso de los niños y de cosas no gratas de imaginar que un ser humano haga con una satisfacción que roza la locura no era de interés ni mucho menos algo que quisiera retomar esa mañana del lunes, donde tenía que volver a clases y afrontar su vida cotidiana de nuevo, como si el viajar con Yuzu fuera ese medio tiempo del super bowl donde el espectáculo volvió y regresabas al juego donde dos equipos buscaban ganar sin importar cuantos huesos le rompieran al enemigo.

Sí, al menos esa semana la quería para descansar de esa mierda y lo haría. La verdad estaba a su alcance, Yuzu se la iba a dar conforme Mei estuviera lista para eso. De hecho ese día Yuzu y su hermana estarían en casa para hablar con el abuelo y de allí podrían conversar en la biblioteca sobre todo y así informarse pertinentemente del panorama entero. Incluso Yuzu quería abrirse paso en el mundo, acepto la invitación de Mei de buscar su lugar en el mundo juntas.

Juntas. Esa palabra encerraba un bello paisaje donde Mei veía momentos extraños al lado de Yuzu. La rubia viajaba mucho, seguro conocía lugares hermosos para pasar el rato, podrían platicar de cualquier tontería o simplemente estar en silencio.

-Hoy está de un humor excelente, mi señora. –dijo Jun atenta y preocupada.

Aunque no le había dicho a Jun que no estaba embarazada, esperaba aclararlo pronto, la chica la miraba intermitentemente del vientre a la cara y eso levantaría sospechas de los demás si seguía así.

-Jun, me gustaría que habláramos después a solas... sobre "eso".

-Oh... ¿es malo? -le pregunto tímidamente y se acercó a ella.

-Por ahora puedo decirte que es falso. No tengo... nada. -dijo suavemente cuando escucho pasos. -No estoy. -dijo para más claridad.

Jun parecía confundida y alarmada. Dudo unos momentos y cuando vio a Hanako entendió que el tema llegaba allí y ya sabía lo importante. Con la mejor técnica de alguien profesional, dejo de lado lo del embarazo y su rostro se relajó un tanto.

-Se ve feliz, señorita. -repitió para calmar su sed de explicación. -Anoche... su compromiso entonces fue bien.

- ¿De verdad se me ve mucho? –pregunto Mei no pudiendo disimular una sonrisa. –Supongo que tienes razón. Hoy es un día muy hermoso después de todo. -se pasó la mano por el cabello tímidamente. -Y sí, el compromiso fue... muy bien.

EN BUSCA DE LA LIBERTAD  (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora