EN BUSCA DE LA LIBERTAD (CITRUS)

CAPÍTULO LXXVI: LA TRAMPA (4)

-Espera, niña.

Hyewon llego corriendo y la tacleo. Ambas llegaron al suelo en el justo momento en donde otra flecha surco por el aire cortándolo en un silbido agudo e inquietante. Se-Kyung hizo lo mismo con Mei a la cual por pocos palmos salvo de la muerte rápida. Luka y Yuzu no se habían movido desde el anterior suceso y detallaron con terror la posibilidad de no llegar siquiera a entrar por completo al lugar sin terminar con una flecha en alguna parte del cuerpo. Tras unos momentos, Se-Kyung se levantó con cuidado y palpo en sus bolsillos una sacar una especie de vara gruesa que Mei ubico como bengala después de ver que procedía a encenderla con ese típico doblar fuerte y el sonido de este siendo encendido. La hermosa chica lo lanzo dentro de la oscuridad y esta se ilumino irregularmente de los lados.

-Estará bien usar las tres. -convino Hyewon con voz áspera. -No se levanten, mantengan la posición por el momento, ¿de acuerdo?

La orden fue dada ya que Xian quería regresar a estar de pie pero fue devuelta al suelo sin mucho esfuerzo. Se-Kyung repitió el proceso de lanzar bengalas dos veces y el camino se ilumino con un brillo rojo que en lugar de consolar, causa desconcierto y miedo. Hyewon se levantó con sumo cuidado y entro con una pistola en mano y con posición de un experto policía, entro cuidando sus flancos. Se movía grácil y con la cautela del depredador innato. Tras estar a unos cinco metros hizo una señal con las manos y Se-Kyung se levantó, repitió la orden de no levantarse y entro con la misma intensión que la primera solo que esta se miraba más discreta y silenciosa. Mei no pudo por menos admirarse del peligro que representaban sus acompañantes. Se sentía como un ratón protegido por los más temidos felinos de la tierra.

Ambas chicas usaron linternas en intervalos de movimiento que les recordaron a todos las torres de control aéreo, esas luces que parpadean sobre los rascacielos y antenas telefónicas, que tienen la finalidad de avisar a los aviones su altitud y localización. Aunque nadie allí había oído de eso, tenían la idea levemente gracias a las películas donde los mismos personajes te explican el porqué de las cosas sin necesidad de mirar a la cámara y dar su charla. Hyewon viendo a la derecha repasaba su flanco con su linterna que prendía y apagaba en una velocidad que estaba segura Mei, podría provocar ataques epilépticos a aquel que lo viera y fuera susceptible.

Duraron cosa de tres minutos cuando ambas llegaron a revisar exactamente cinco veces el lugar con ojo de halcón. Entonces dieron la orden de avanzar. Xian ya estaba del otro lado mirando con detalle junto a su linterna que había tomado prestada de Hyewon a su paso. La chica le miro sorprendida, no se había dado cuenta de la presencia de la niña y menos de cuando tomo su linterna. Se-Kyung había estado igual de sorprendida y sonriendo miro a Yuzuko con gesto emocionado.

-Me gustaría que esta niña estuviera bajo mi tutela y la de Hyewon en lugar de la suya o de Historia Reiss. -dijo seria y sonrojada. -Pienso que su talento y habilidades va mejor con las nuestras, jamás se aburriría y podría mejorar en esto.

Lo último había sido para Xian y la niña lo capto. Parecía abochornada por aquellas palabras y halagos. Yuzu y Mei se miraron curiosas por aquello y menearon la cabeza en señal de discutirlo luego con calma y con Historia Reiss presente junto a Ymir. Xian regreso a su labor y tras revisar todos los lados con cuidado encontró los orificios de donde provinieron las flechas y noto que tenían una nota corta pero aterradora:

"Caminar con cuidado te lleva más lejos de lo previsto"

-Pendejo de mierda. -farfullo Yuzu y arrugo la hoja. -Por favor, quédate al lado de Mei. Tiene razón Se-Kyung, eres buena en estas cosas, se te nota en los ojos, por eso te necesito con mi mujer, por favor.

Xian le miro airada, con el sumo detalle de la revisión profunda, reviso a Yuzu desde los pies a la cara y noto las cicatrices del dolor y experiencia de la rubia. Cuando vio sus ojos reconoció al mismo monstruo que tenía Ymir en sus ojos, vacilo en su actuar y acato el pedido en forma de orden. Se situó al lado de Aihara y se puso en posición de defensa. Mei quiso decirle que no pero Luka se acercó a ambas y les entrego dos pistolas.