Capitulo 8: Rivalidad

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Isabela

En menos de veinticuatro horas tu vida puede cambiar de repente y a veces, no en la forma que uno lo quisiese. Y eso paso...rencontrarse con Teo, era traer a mi vida, nuevamente, esos problemas que conlleva relacionarse con él, la paciencia que se debe tener para entender cada uno de sus gestos y sobre todo, lo que menos quería volver a sentir es esa decepción que solo él podría causármela.

Teo, especialista en desordenar mi mundo y tirar por completo mi pared de seguridad que tanto me costó construir todos estos años en soledad.

Veinticuatro horas...minutos. En realidad, fueron segundos para sentir mi corazón desvaneciéndose. Él es, ese experto en romperme y como siempre, lo deje que lo haga en el pasado y vuelvo a dejarlo en el presente.

Hace unas semanas atrás, donde nada de este revuelo sucedía y me encontraba reposando cómodamente en el sofá de mi casa, con la gran compañía de Moco a mi lado, ronroneando por mis caricias, mientras que con la otra mano, continuaba haciendo zapping con la tv. Sin saber que debería ver, una tarde de verano totalmente libre de vóley. Y mis días libres, suelo obligar a mi hermano a practicar conmigo, pero ese día, el maldito me cambio por una cita romántica con la traidora de mi amiga, dejándome a solas una tarde con un gran sol que podría disfrutarse. Corrijo, ellos si estaban disfrutando de ese maravilloso día. Menos yo.

Ese día podría haber invitado a mis otros amigos, también lo pensé, hasta que recordé que Ema se encontraba fuera y Luka había ido de visita a nuestra ciudad para pasar, repitiendo, ese maravilloso día con su pequeño hermano.

Todos ocupados.

Mi único amigo ese día fue mi gato panzón con dependencia emocional y el control remoto, que más podría pedir una chica de veintitrés años...

Volviendo a ese día, termine dejando un capítulo de los Simpson que pasaban esa tarde. Lo peor que hice, fue dejar un capítulo de un día de San Valentín, que su único trabajo fue recordarme mi primer día de San Valentín con Teo, donde casi termina llorando por pensar que no lo quería suficiente.

A ver, a ver... que a mí nunca se me dio bien demostrar los sentimientos y que cada vez que quería decirle algo lindo, de la boca lo único que me salían eran puros insultos, que si se los merecía, pero tal vez no tanto...o no. Qué se yo, tenía dieciséis y esas cosas seguían, dándome un poco de vergüenza reconocer.

Ya es tarde para sacar remordimientos del pasado.

Retornando en mi maravillo día, que termino con mis ojos pegados a la pantalla con un capítulo de los Simpson, donde Lisa le rompia por completo el corazón a uno de los niños de su salón.

Este día se siente así.

Y a lo mejor, debía rebobinarlo, como Bart hizo cuando Lisa, rompió el corazón de Ralph para poner en contexto, el segundo en el que mi corazón se rompió totalmente, nuevamente, por el ahora hombre que sigue produciendo cosas en mi estómago.

Nuestro segundo día de juegos olímpicos comenzó a esos de las siete de la mañana, donde el entrenador nos mandó a llamar y nos juntó a todas en una de los estadios donde los equipos podrían practicar o calentar, lo que quisiésemos hacer lo teníamos a nuestra disposición. El entrenador, decidió que debíamos calentar para prepáranos para ese partido.

Ese partido...

Mi país contra el país donde juego...

Mi país, donde se encuentra Micaela, esa chica de rizos rubios totalmente agradable que conocí ayer por la mañana y también, donde esta ella que por su cara al ver mi rencuentro con Teo, deduzco que solo por eso ya le debo caer demasiado mal y espero, ruego, equivocarme y que no se trata de esas dementes que en secundaria perseguían a Teo por todos lados, haciéndome la vida imposible por el simple caso de hablar más de dos palabras con el.

Te quiero, dos metros cercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora