Isabela
Me la pase con los auriculares puestos desde que llegamos al aeropuerto y todo el viaje en avión, que agradezco que fue relativamente corto. No iba a poder resistir un minuto más, sentada al lado de Sara que fue todo el maldito viaje picoteando mi brazo, para llamar mi atención y así, tener una encantadora conversación que, por razones obvias, decidí ignorar por completo.
Ella y todo el equipo, sigue con sus preguntas de porque conozco tanto a Cristian y para mi mala suerte, ahora le agregaron el "¿Quién es Teo?". Lo único que agradezco, es que ninguna me vio llegar al aeropuerto con Marcos porque otra de sus interrogaciones mi cabeza no iba a soportar. Se que no soy tan comunicativa y que si les digo la verdad de todo, no me van a juzgar ni tampoco hacer más preguntas, pero tener que abrirme a esa charla incomoda, paso, no puedo hablar de Teo cuando quiero empezar algo formal con Marcos.
Teo es pasado.
Eso trato de repetirme todas las veces que el acecha mi mente, como si fuera agradable pensarlo después de cinco años, el cambio seguramente y yo, me sigo imaginando un Teo de diecisiete años.
Solo espero que estos juegos sean rápidos y que, si eso pasa... espero que ambas partes actúen como las personas maduras que somos ahora.
El colectivo nos llevó directo hacia el hotel donde nos íbamos alojar y por lo que observo, ya muchos países comenzaron a llegar y la gente en la calle se hacía presente, con grandes banderas de todas partes del mundo.
Mi corazón dio un brinco de alegría, cuando noto ese celeste y blanco entre la multitud de las personas. Tal vez, el próximo sea ese color que esté llevando en mi camiseta, sé que me debo ese reencuentro con mi país y llevar sus colores, en algo como esto tan importante para mí.
Como era de esperarse, el hotel estaba que explotaba de personas de todo el mundo y debo admitir, que me siento tan pequeña en un lugar repleto, no es para nada lindo caminar, la gente alta no te ve y pasan como si nada, empujándote y logrando que más de una vez, termines tambaleándote.
De un momento a otro, sentí un cuerpo arrojándose arriba mío, rodeándome completamente entre sus brazos y por esa cabellera tan oscura, confirmo que se trata de Lola, la cual hace varias semanas que no veo.
—Te extrañe imbécil. — rompió el silencio.
—Me extrañas porque prefieres pasar tiempo con el aburrido de mi hermano. — puse los ojos en blanco. — Traidora, recuerda que antes de ser su novia eras mi amiga.
—Por lo que veo, alguien sigue igual de dramática. — expreso con el ceño fruncido.
— ¡Te extrañe mucho, Lola! — chille, abrazando nuevamente a mi amiga.
—Me entere de algo... ¿Vas a contarme que saliste con Marcos o qué?
—Lo iba hacer, molesta.
— ¿Formalizaron acaso? — negué con la cabeza. — ¿Me explicas?
—Me invito y acepte. — me encamine hacia un pasillo, seguida por Lola. — Creo que es hora de pasar página, sabes.
— ¿Lo quieres? — asentí.
—Pero si te lo preguntas, no como lo quise a Teo.
— ¿Isa, tu estas segura de no quer—
—Estoy segura Lola, paso mucho tiempo y el, seguramente ya hizo su vida.
Nuestra conversación fue cortada, por la llegada de mi hermano tomando a su novia por la cintura para besarla y dejando a un Luka muy horrorizado por la escena y lo entiendo, estoy igual que él, mirando como los tortolitos se ríen entre ellos.
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Te quiero, dos metros cerca
RomanceSegunda parte de Dos metros lejos. Ellos se conocieron de pequeños. Se volvieron a reencontrar en su adolescencia. Teo, que había olvidado ese recuerdo de su niñez. Pero por otro lado, Isabela, nunca pudo olvidar de aquel niño que seco sus lágrima...