Capitulo 24: Llamada inesperada

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Isabela

La llegada de Teo hace dos semanas lo cambio todo. A los pocos días me dieron el alta para volver nuevamente al vóley, con eso, nuestras peleas en broma dentro de la cancha. Podría decir que volver a jugar con Teo es lo mejor que me ha estado pasando, sin embargo, que nuestros sentimientos volvieran a hacer correspondidos le gana.

Tenerlo en la casa, todas las mañanas y noches, hace que mi corazón vuelva a sentirse seguro. A su lado, no he necesitado más del mundo.

La conversación sobre nuestro futuro fue lo primero que nos hizo salir de la burbuja de san Valentín en la cual estábamos metidos estas dos semanas. Su contrato con el equipo que juega en Argentina está a punto de vencerse. El mío no. Quedan varios meses para ello y dudo que algún equipo de afuera quiera comprarme por ahora, si no lo hicieron en este mes de vacaciones ya no van a hacerlo hasta la próxima temporada de campeonatos.

Teo fue el que finalizo nuestra conversación diciendo que planeaba mudarse nuevamente a España. No voy a negarlo, me alegra que fuese el quien tome esa decisión, sin embargo, a él le gusta jugar con Argentina. Estoy segura que no fue algo fácil de tomar, no es a la ligera, es tomar de nuevo una vida que hace tiempo dejo atrás.

La parte de abandonar nuestros sueños, es la que no me gusta. Para nada. Teo dice que está encantado en volver, que era algo que él hace tiempo lo estaba pensando, pero no puedo creerle así de fácil, cuando vi sus ojos brillando al hablar sobre mi país y de lo que amaba pasar tiempo allí con sus nuevos amigos.

Él tenía una nueva vida, a la cual va a dejar atrás, por su antigua vida.

Los golpes en la puerta de entrada me sacaron rápidamente de mi mente. Observe a Teo que se encontraba a unos metros de distancia, preguntándole si esperaba a alguien.

Ninguno lo hacía.

Me acerque a la puerta un tanto desganada, se suponía que esta tarde la teníamos toda planeada. Teo iba a preparar unos aperitivos y nos íbamos a marchar a alguna cancha de vóley desconocida y abandonada para poder practicar tranquilos hasta la hora que quisiéramos, sin tener que aguantar las quejas del imbécil de mi hermano, regañándome por esforzarme de más. El medico dejo muy en claro que podía retomar mis actividades. Alex es especialista en quitarle lo divertido a la vida.

Al momento de abrir la puerta, ella entro a la casa velozmente, poniendo los ojos por toda la sala, buscando algo. A alguien en realidad.

— ¿Donde esta ese maldito desgraciado? — interrogo volviéndose a mí.

Ella no alcanzo a verle cuando Teo llego. El día del accidente, ellas fueron las primeras en llegar y luego de un rato debieron marcharse, Ema, tenia un viaje importante y cuando volvió Luka le salió con otro viaje junto a su pequeño hermano.

No alcance a responderle, que Teo hizo su aparición desde la cocina hacia la sala de estar, donde nosotras nos encontrábamos. Por varios segundos se quedaron mirándose, hasta que vi a Teo acercase cada vez mas con sus ojos cristalizados.

Les entiendo. En realidad no.

No puedo imaginarme estar lejos de Luka, para nada. Él representa lo que Ema es para Teo, ese amigo que te entiende y que te alienta cuando estas por caerte.

Estas semanas Teo me conto, las veces que le marcaba a Ema a altas horas de la madrugada para ella, cuando sentía que nada estaba saliendo como él lo esperaba. En eso si puedo entenderle. Tal vez, mientras Teo platicaba con Ema, del otro lado se encontraba Luka tratando de calmar los nervios que a veces asechaban mi cabeza.

Ema no dudo en regalarle un abrazo, lo que no duro mucho, ella subió su mano y le golpeó la cabeza, haciéndole saber lo descontenta que estaba al verle después de dos semanas.

Te quiero, dos metros cercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora