Isabela
Dos semanas fuera de casa, espero que al llegar este todo como lo deje y que él, no me haya quemado la casa, porque cabe la posibilidad que dejarlo a cargo sea una irresponsabilidad mía.
Pero no había de otra, Ema se encuentra atareada con el proyecto de su cafetería, Carla ni está en el país y Lola para nada es una opción, la última vez que hable con ella, estaba arriba de un avión llorando por tener que alejarse por unas semanas de mi hermano.
Nadie entiende como después de tanto tiempo, mi amiga siga soportando a Alex, pero tampoco entiendo cómo es que mi hermano siga tolerando a Lola, los dos tienen un carácter horrible, sin embargo, su relación es perfecta y puede, que sienta una especie de envidia a ello, pero no se los confesaría nunca en mi vida.
Volviendo a mi actualidad...espero que ellos dos se encuentren bien.
No quiero ser cruel y que no me importa el bienestar de él, pero si pongo en balanza, mi niño es mucho más importante que cualquier persona y tenerlo lejos, me lastima mi corazón. Nos acostumbramos a nosotros y esta pequeña vida que compartimos hace unos años, despedirme de ese chiquitín por los partidos fuera de España es algo que siempre voy a detestar.
Pero acá estoy, pisando nuevamente el suelo de este hermoso país que tanto extrañe estas semanas.
A veces olvido esa época de mi vida, en la que puse en duda en quedarme aquí o mudarme a Francia, de eso ya pasó cuatro años.
Cuatro años que elegí la mejor opción para mí y para mi familia, que ese día cuando volví con las maletas saltaron de felicidad y luego, avergonzados me pidieron disculpas por ese comportamiento, pero la idea de verme lejos nunca les había terminado de gustar y la verdad, que a mí tampoco me gustaba.
España era lugar indicado para mí y no era por motivos ocultos... O si, al principio habitaban esos motivos.
Ese día, que estuve en este aeropuerto, en el cual a segundos antes de subirme a ese avión, viajo en mí una idea peligrosa, la cual gano y termine llamando a un equipo español que estuvo detrás de mí, desde que deje el colegio y del cual, me negaba todas las veces que me llamaban.
Pero ese día, fueron las palabras de mi hermano que hicieron que cometa esa locura.
No.
Fueron las palabras de Teo por boca de Alex, que me hicieron tomar esa loca decisión.
Admito que las primeras semanas lo odie, a mi hermano y a Teo, por interferir en mis planes. Había pasado un año desde que no nos comunicábamos con Teo y elegía hacer una pequeña aparición un día importante para mí, rompiendo por completo la primer y única regla de, quiero elegir mi propio camino sin que vos interfieras en mis propios sueños.
Esa semana estuve tan enojada con él, que hasta se me cruzo la idea loca de conseguir su número y llamarlo, para gritarle varias cosas y en ellas no entraba para nada un, te extraño y quiero volver a verte. Al contrario, quería gritarle que me quedaba en España y ver que producía en el, esa confesión.
Pero no, no lo hice.
No podía comportarme nuevamente como una adolescente caprichosa.
Teo ya se encontraba hacia un año afuera, haciendo su vida quien sabe con quién y llamarlo, era tener esa conversación de, Isabela conocí a alguien. No estaba preparada para escuchar que el chico que tanto amaba, estaba con otra persona.
En un principio pensé que si Alex no me decía esas palabras en el aeropuerto, me hubiera subido a ese avión y ahora, estaría en un país que nunca quise estar.
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Te quiero, dos metros cerca
RomanceSegunda parte de Dos metros lejos. Ellos se conocieron de pequeños. Se volvieron a reencontrar en su adolescencia. Teo, que había olvidado ese recuerdo de su niñez. Pero por otro lado, Isabela, nunca pudo olvidar de aquel niño que seco sus lágrima...