Capitulo 9: Duelo a media noche.

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Era la hora de la cena.

Y Reggie no estaba. El cuervo se había ido durante algún momento de la tarde y Hermione no había querido preocuparse. Sabía que el ave se había ido a visitar al Señor R... O a cazar.

De todos modos, ella no iba a preocuparse. Reggie era un ave inteligente.

-¿Buscador? -dijo Ron, llamando su atención. Hermione los escuchó en secreto. -Pero los de primer año nunca... Serías el jugador más joven en...

-Un siglo. -terminó Harry, metiéndose un trozo de pastel en la boca. -Wood me lo dijo.

Ron estaba tan sorprendido e impresionado que se quedó mirándolo boquiabierto. Hermione casi se río.

-Tengo que empezar a entrenarme la semana que viene -dijo Harry-. Pero no se lo digas a nadie, Wood quiere mantenerlo en secreto.

Fred y George Weasley aparecieron en el comedor, vieron a Harry y se acercaron rápidamente.

-Bien hecho -dijo George en voz baja-. Wood nos lo contó. Nosotros también estamos en el equipo. Somos golpeadores.

-Te lo aseguro, vamos a ganar la copa de quidditch este curso -dijo Fred-. No la ganamos desde que Charlie se fue, pero el equipo de este año será muy bueno. Tienes que hacerlo bien, Harry. Wood casi saltaba cuando nos lo contó.

-Bueno, tenemos que irnos. Lee Jordan cree que ha descubierto un nuevo pasadizo secreto, fuera del colegio.

-Seguro que es el que hay detrás de la estatua de Gregory el Pelota, que
nosotros encontramos en nuestra primera semana.

Fred y George acababan de desaparecer, cuando se presentaron unos visitantes mucho menosnagradables. Malfoy, flanqueado por Crabbe y Goyle.

-¿Comiendo la última cena, Potter? ¿Cuándo coges el tren para volver con los muggles?

-Eres mucho más valiente ahora que has vuelto a tierra firme y tienes a tus «amiguitos» -dijo fríamente Harry.

Por supuesto que en Crabbe y Goyle no había nada que justificara el diminutivo, pero como la mesa de los profesores estaba llena, no podían hacer más que crujir los nudillos y mirarlo con el ceño fruncido.

-Nos veremos cuando quieras -dijo Malfoy-. Esta noche, si quieres. Un duelo de magos. Sólo varitas, nada de contacto. ¿Qué pasa? Nunca has oído hablar de duelos de magos, ¿verdad?

-Por supuesto que sí -dijo Ron, interviniendo-. Yo soy su padrino, ¿Cuál es el tuyo?

Malfoy miró a Crabbe y Goyle, valorándolos. Luego buscó con la mirada en la mesa de los Gryffindor hasta dar con Hermione.

Ella, quien había estado escuchando, negó. Malfoy bufó, regresando la vista a Crabbe y Goyle.

-Crabbe, -respondió Malfoy de mala gana. -A medianoche, ¿de acuerdo? Nos encontraremos en el salón de los trofeos, nunca se cierra con llave

Cuando Malfoy se fue, Ron y Harry se miraron.

-¿Qué es un duelo de magos? -preguntó Harry-. ¿Y qué quiere decir que seas mi padrino?

-Bueno, un padrino es el que se hace cargo, si te matan -dijo Ron sin darle
importancia. Al ver la expresión de Harry, añadió rápidamente-: Pero la gente sólo muere en los duelos reales, ya sabes, con magos de verdad. Lo máximo que podéis hacer Malfoy y tú es mandaros chispas uno al otro. Ninguno sabe suficiente magia para hacer verdadero daño. De todos modos, seguro que él esperaba que te negaras.

-¿Y si levanto mi varita y no sucede nada?

-La tiras y le das un puñetazo en la nariz. -le sugirió Ron.

La esmeralda de la bruja |Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora