Capitulo 24: Una muerte rápida.

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N.a: Por favor, avisar si hay errores. Esto lo hice desde el celular.


Hora de tirar los dados
Sabes que soy del tipo
Tipo que arriesga mi vida
Sin miedo a morir
Tipo para hacerte llorar
Tipo para poner precio
Todo arriba en tu cabeza
Haz exactamente lo que dije

-K/DA Villain.


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En la oscuridad de la noche, una sombra se movió y el sonido de las alas de un pájaro al volar se escuchó.

El canto de un cuervo se oyó y un hombre apareció, moviéndose entre las sombras como si fuese parte de ellas. Otro hombre le siguió.

En el bosque prohibido las cosas se agitaron. Y bajo la luz de la luna llena, un ritual se realizó en medio de una batalla, un juramento nació. La sangre de los enemigos se derramaría esa noche. Hechizos se lanzaron en la profundidad del bosque y ningún animal se acercó.

Los ojos fríos de un gris tan oscuro que casi parecía negro, brillaron con latente diversión mientras miraba la batalla silenciosa entre los otros magos.

Él hombre de cabellera negra y rizada río, suavemente tras ver al perdedor.

-¿Q-quién...?

Quirrel vio al hombre cubierto con una capa y una mascara blanca sobre sus ojos. Sus ojos temblaron con terror cuando vio al que, se supone, estaba muerto.

-Tú... Tú eres...

-Soy yo. -él hombre se río. -¿No te sorprende verme?

Quirrel lo miró y gruñó, antes de que una mirada de calma se dibujara en su rostro.

-¿Has venido a honrar al Maestro?

-¿Debería? -él hombre se burló.

-¿Y por qué no?

-Yo no sirvo a nadie. -él hombre espetó, moviendo la varita entre sus manos distraídamente. -Solo tengo un par de aliados.

-¿Un par? -Quirrel cuestionó. -¿De qué sirven un par de aliados en comparación con el ejercito del Maestro?

-Son un par inteligente, esos Raven. -él hombre tarareó.

-¿Raven? -Quirrel preguntó. -¿Un para de Ravenclaw son tus aliados?

Él hombre vestido con tunicas elegantes no negó, ni confirmó nada. En su lugar, siguió hablando: -Son magníficos aliados, desde que estaba en la escuela nunca vi a un par que me entendiera tanto como ellos. La niña, especialmente, me gusta. Es mi mocosa favorita. ¡Se parece tanto a mí! -un brillo similar a la adoración o el cariño pasó por los ojos del hombre. -A veces incluso pienso que podría ser mi hija, considerando que yo conocía bastante bien a su madre muggle. Ella era mi vecina cuando yo era un niño tonto todavía, ¿sabes?

-Yo no sabía eso. -Russell dijo de pronto, mirando al hombre con extrañeza.

Él hombre se encogió de hombros. -No te lo cuento todo sobre mi vida. También tengo mi pasado rebelde.

-¿Lo tenías?

Él hombre asintió. - Tenía entre dieciséis y dieciocho años, la mujer muggle era ardiente e inteligente. Tenía temperamento, maldita sea. Era todo lo que yo podía pedir. Estaba un poco enamorado de ella en secreto y me molestaba bastante que yo no le gustara siendo tan guapo como soy.

Quirrell chasqueó la lengua, irritado por la conversación.

-Ella sigue siendo ardiente, por cierto. Una cosita tan maravillosa. -él hombre sonrió. Fue una sonrisa pequeña y encantadora. -Me rompió la nariz cuando me vio, aparentemente, no le gustó que yo desapareciera de la nada.

La esmeralda de la bruja |Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora