Capitulo 16: Repartiendo regalos.

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Hermione observó en silencio los paquetes sobre su cama, la pluma y un trozo de pergamino es sus manos para escribir algunas palabras que acompañasen el regalo.

Como siempre, la niña decidió comenzar con Harry.

«Querido Harry,

Realmente espero que te la estés pasando bien junto a Ron en el castillo. Todavía no sé muy bien lo que te gusta, pero me tome la libertad de escoger algunas cosas para ti.

Te extraño y nos veremos pronto. <3

¡Feliz Navidad!

Con amor, Hermione»

Junto a la carta Hermione se encargó de colocar en un paquete bien envuelto una caja de ranas de chocolates y bonita bufanda abrigada. Las iniciales: HJP grabadas con una letra delicada en una esquina.

(Y Hermione no lo sabía, pero Harry guardaría esa bufanda durante años como un recuerdo del primer regalo que recibió de alguien, y él incluso se aferraría a ella cada vez que estuviera recordando los viejos tiempos o se sintiera nostálgico.)

Hedwid, la lechuza de Harry que había llegado hace unos minutos y había estado comiendo bocadillos de carne seca ululó ansiosa mientras Hermione ataba la carta a su pata y le entregaba el regalo.

—Ya ves, Snuffles, tengo muchas cosas que enviar hoy. —ella comentó al perro echado sobre la cama. El perro ladró alegremente y siguió con su tarea de mordisquear el patito de hule que Hermione le había regalado.

La niña río, ¿Quién diría que Sirius Black disfrutaría tanto ser un perro?

A continuación, Hermione escribió una pequeña nota para Ron. Ella no se dio cuenta, pero fue especialmente dedicada a esa pequeña carta, puesto que su corazón todavía estaba con Ron, él chico que alguna vez fue su primer amor.

«Querido Ronald,

¿Cómo estás? ¿La estas pasando bien? No has estado comiendo solo tonterías, ¿O sí? ¡Tienes que cuidar tu salud!

De todos modos, las cosas aquí en mi casa van de maravilla. Mi padrino vino de visita y me trajo un regalo con cuatro patas. ¡Tengo un perro! ¿No es maravilloso? Realmente espero poder llevarlo a Hogwarts, Snuffles es un encanto.

Espero que tengas una feliz navidad y que te diviertas mucho. Me tome la libertad de enviarte estos dulces, espero que te gusten.

¡Feliz navidad! ¡Nos vemos pronto!

Con amor, Hermione»

Hermione ató la pata a una de las lechuzas que él señor R contrató para ella, y con cuidado, entregó el paquete de Ranas de chocolate, Droobles y algunos bollos de Bath especialmente caros que sabía que él pelirrojo apreciaría.

Un pequeño sonrojó lleno sus mejillas recordando la primera vez que ella regaló esos Bollos de Bath al chico y este, en medio de su alegría porque por fin podía probarlos, la abrazó con fuerza y la besó repitiéndole lo brillante y maravillosa que era.

Sirius, quien la había estado mirando, soltó un ladrido divertido. Al parecer, la pequeña bruja estaba enamorada. ¿él debería prestar atención y burlarse después? Sí, definitivamente lo haría. No sería él si no lo hiciera.

Hermione luego comenzó a centrarse en los demás regalos, para Neville un frasco de Mermelada con Trocitos de Naranja porque sabía que él niño amaba esa mermelada, una caja de ranas de chocolates para Draco junto a una pluma estilográfica, píldoras acidas y un par de calcetines de lana de un hermoso color morado para Dumbledore (porque Harry una vez le había comentado que Dumbledore una vez mencionó su deseo por esos calcetines), caramelos que estallan y un juguete de Zonkos para Lee Jordan (que había sido muy amable con ella ese año), le envió un libro de romance muggle a la profesora McGonagall sabiendo que ella lo agradecería (a pesar de su apariencia dura, la mujer era una romántica y Hermione lo descubrió durante su tercer año en Hogwarts). La niña incluso se atrevió a enviarle algo a Snape.

La esmeralda de la bruja |Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora