«Los ojos de un brillante verde esmeralda de Harry brillaban con furia ardiente, mientras la miraba. Él estaba furioso con ella, tan enojado como nunca antes.
Hermione estaba enojada también, mirando al Harry adolescente con furia.
—¡Eso va contra las reglas! —ella espetó, fríamente.
—No, no lo es, Hermione. —él gruñó. —¿Desde cuando has sido tan respetuosa de las reglas, de todos modos?
—Siempre he seguido las reglas. —ella siseó.
—Solo cuando te conviene.
—¿Qué?
—Solo sigues las reglas cuando te conviene. —Harry repitió.
—Solo para ayudarte.
—No, solo cuando crees que es conveniente hacerlo. —Harry dijo, con un tono venenoso en su voz. —Las rompes el resto de las veces. Solo para salirte con la tuya.
—Sabes muy bien que tengo mis razones para hacerlo, Harry James Potter.
Harry apretó los puños. Él sabía muy bien que debajo de esa faceta aburrida de ratón de biblioteca y mascota del profesor que Hermione tenía, existía una persona rencorosa y vengativa. De hecho, Harry estaba seguro de que Hermione podría haber sido una perfecta Slytherin o Ravenclaw.
—Mira, eres mi amiga, Hermione. Y te quiero. Pero ciertamente hay una crueldad en ti que me asusta. Quiero decir, ¿Marietta Edgecombe? ¿Ella alguna vez consiguió librarse de esa maldición que le pusiste? —él agito la mano en su rostro, recordándole lo que Hermione le hizo.
—No lo sé, creo que todavía no lo ha hecho. —dijo con desdén. —Pero se lo merece, esa traidora...
A Harry le molestó que Hermione no mostrara remordimiento por infligir una maldición irreversible a una compañera, pero no se atrevió a decir nada. Él sabía que Hermione no se arrepentía porque nunca había sido desafiada antes por las cosas que había hecho, así como también sabía que era esa crueldad la que se necesitaba en ese momento.
—No es... —Harry suspiró, frustrado. —Estoy diciendo que si retrocediste en el tiempo fue por algo. Es una herramienta para lograr un fin. ¡Así que tienes que cambiar las cosas!
—¡Pero va contra la reglas! —Hermione gritó. —¡Cosas terribles ocurren a aquellos que juegan con el tiempo, Harry!
—Esto ni siquiera se trata de seguir las estúpidas reglas. —Harry comenzó con su diatraba, lleno de angustia y frustración por la terquedad de su amiga. —Solo eres tu asustada y nada más que eso.
—¿Perdoname?
—¡Puedes hacer mucho más de lo que piensas! —Harry le gritó. —Puedes llegar a ser una persona cruel, Hermione. ¿Realmente no lo notas? ¿No ves nada malo en las cosas que has hecho? Quiero decir, ¡Por Merlin! ¡Metiste a Rita Skeeter en un frasco durante un largo tiempo y la extorcionaste! ¡Desfiguraste a Marietta! ¡Incluso abandonaste a Umbrige con los malditos centauros! ¿Sabes lo que le hacen a las mujeres?
Los reclamos de Harry hicieron que Hermione se tensara, ella sintió que estaba siendo acusada de forma injusta, como si fuera una persona malvada.
—Tenía que hacerlo. —ella explicó, irritada y a la defensiva. —Te salvé. Nos salvé. ¿Por qué lo haces sonar como si ellos fueran las víctimas? Se merecían todo lo que les pasó. Edgencombe nos delató y sufrimos por ello. Ahora tiene una marca para que todas las personas que la conozcan lo sepan... Y si se hubiera arrepentido, la maldición se habría ido de su cara.
ESTÁS LEYENDO
La esmeralda de la bruja |Hermione Granger
FantasyHermione Granger falleció en la guerra. Lo último que sus ojos vieron fueron los brillantes ojos esmeralda de Harry sin vida y lo último que sintio fue la agonía por la muerte de Ron. Y por más que ella luchó para protegerlos, fue asesinada también...