ESE ES MI TRABAJO

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MUERTE

Vamos oruguita entra y comencemos el juego, pienso.

Esta parada en medio del pasillo luciendo de infarto con un pijama rosa de encaje que echa a volar mi imaginación.

Me divertí y descargue con Shay; pero jamás podré resistirme a lo que puede provocarme una mujer hermosa. Decidí no privarme de ningún tipo de placer desde hace ya mucho tiempo.

—No es apropiado —susurra.

—¿Quién decide que lo es? —la interrogo.

—Pues tu esta mañana cuando dijiste que era inapropiada la manera en que te observaba — me recuerda lo que salió de mi boca hace apenas unas horas.

—Eso es lo que piensa Nik. Él es el dueño de ese tipo de palabras que apenas se permiten salir de mi boca —ladeo la cabeza para continuar analizando a la rubia.

Se lo piensa un par de minutos. Puedo ver la indecisión en su cara y aun así entra.

Si supiera que ha accedido a entrar a algo más que una simple habitación. La curiosidad mato al gato.

Cierro la puerta a mi espalda y veo su delgada silueta reflejada apenas por la luz de la luna.

—Aquí no hay nada que no haya visto antes —dice y escucho como fuerza su voz. Esta asustada.

—Estoy yo —me enciendo otro cigarrillo que tomo rápido de la pequeña mesa junto a la puerta.

—No te veo —dice.

Avanzo hacia el medio donde se encuentra estática y me acomodo frente a ella.

—Los ciegos no pueden ver y aun así aprenden a conocer lo que tienen alrededor de ellos —susurro y expulso el humo del cigarro en su cara.

Entonces lo percibo. Su tacto suave y lento desciende por mi vientre y quema como el fuego. Me quedo inmóvil solo dejando que la niña se divierta un poco, pero cuando llega a mi rostro me aparto bruscamente.

—Los ciegos siempre tocan el rostro de las personas para saber cómo son —percibo un tono de burla en sus palabras y me acerco nuevamente.

—Este no —le digo y tomo un mechón de su cabello para jugar con él. Las cosas que haría con esta larga y rubia melena.

—Dulces sueños Carel —diviso una pequeña sonrisa en su rostro.

Se separa y sale por la puerta sin decir nada más. Chiquilla curiosa. No sabe dónde se mete.

💀

No pude dormir ni un minuto más. Tome una larga ducha y salí de la casa.

—¿Qué te trae tan temprano por aquí? —pregunta Farrell cuando me ve atravesar la puerta de nuestro pequeño hogar.

—Nada en particular —contesto y tomo asiento en el negro sillón de piel que adorna la sala.

Esta pegado a la chimenea afilando un cuchillo de carnicero con mimo como si acariciara la silueta de una bella mujer y recuerdo la electrizante caricia de Thais.

—¿Entonces? —se detiene y me observa.

—La hermana de Nik —acaricio mi barbilla.

—¿Todavía piensas en eso? —frunce el ceño

—Es algo imposible de olvidar —sonrió con malicia.

💀

Entro y salgo del mojado coño de Shay. Una sola cosa ocupa mi mente y es el deseo, pero lo realmente excitante es imaginarme a alguien más que no es la pelirroja.

EL JUEGO DE LA MUERTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora