EL RUIDO ES DIVERTIDO.

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MUERTE.

—Adelante —le digo a la chiquilla asustada en cuerpo de mujer parada en la puerta de mi habitación.

Entra y toma asiento en el sillón que ya hemos compartido con anterioridad hablando de cosas vagas y deseos por cumplir.

—Estuve pensando en la historia —dice mientras se frota el rostro con ambas manos en señal de frustración.

La semilla que me he encargado de sembrar en ella va dando sus primeros frutos.

—¿Qué historia? —pregunto haciéndome el tonto.

—Por favor no me hagas sentir estúpida, sabes a lo que me refiero —murmura y me observa con el ceño fruncido y los labios apretados.

—Deberías relajarte un poco pequeña mariposa —sonrío.

—¿Quién es? —cierra los ojos como si la respuesta le fuera a causar un dolor inimaginable.

—Tengo algo para ti —digo y abre los ojos rápidamente.

—Responde —alza la voz.

—Acompáñame —hago una seña con la cabeza y camino rápidamente para que me siga sin protestar.

Caminamos por la casa hasta llegar a mi pequeño cuarto de la diversión. Parte del pequeño plan viene con ella conociendo un poco de mí. No puedes evitar dejar entrar a las personas un poco si quieres que sean parte de algo que estas tratando de construir. Mi plan es mi pequeño edificio en construcción.

—¿Qué haces? —pregunta cuando me ve abriendo la puerta de hierro.

—Entra —le ordeno.

Camina a paso lento por la habitación y se detiene abruptamente cuando enciendo la luz y logra visualizar lo hay en ella.

—¿Q-que? —balbucea.

Camina por todo el lugar con el ceño fruncido y los puños apretados. Observa el sitio con detalle. Mis juguetes, los interruptores y hasta se detiene frente a la gran ventana tratando de adivinar que se encuentra del otro lado. Si supieras, pienso.

—¿Qué te parece? —la sonrisa de satisfacción en mi rostro es evidente.

—Esto es macabro —susurra.

—No es macabro... es real. Esto querida mariposa es "el secreto". Todos tenemos ese oscuro secreto. El que te quita el sueño por las noches. El que no le contarías a nadie. En mi caso está superada esa etapa en la que le tienes miedo a ese monstruo. He vivido toda mi vida con él. Somos aliados, pero esa no es la sorpresa. Aguarda un segundo —comento.

Salgo a toda prisa de la habitación y me dirijo por el objetivo que justo esta mañana mi querido Farrell y yo hemos traído a casa.

—¿Estás seguro? No hay retorno. Podemos encargarnos nosotros de todo sin hacer tanto ruido —dice mi fiel compañero cuando tomo el anzuelo.

—El ruido es divertido —sonrió y me encamino de nuevo a mi cuarto de juegos.

Abro la puerta y lo empujo dentro.

—¡¿Qué haces?! —levanta la voz cuando me ve entrando con el sujeto del brazo.

—Ya verás —la sonrisa no se borra de mi rostro ni un segundo.

Lo siento y lo amarro a la silla del centro. La bolsa negra en su cabeza no permite que se percate de quien es y la sangre que brotaba de su rostro y que mancho su impecable bata blanca cuando lo golpee por la tarde ahora se ha secado.

—No puedo ver esto —se encamina a la salida, pero la tomo del brazo y se lo impido.

—Querías respuestas ¿no? Pues aquí están. Arráncaselas —.

EL JUEGO DE LA MUERTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora