THAIS.
Abro los ojos y me percato de que ya es de día. El sol brilla con intensidad y un mar azul ruge con fuerza debajo de nosotros.
—Ya casi llegamos —anuncia Farrell.
Todos se remueven en su sitio y nadie dice nada más.
Pasados unos minutos veo la pequeña isla de frente. Supongo que entre más lejos es mejor.
—Es un lugar donde estuve antes. Podemos quedarnos aquí al menos por unos días para preparar todo —comenta Evan.
Aterrizamos en un amplio lugar lleno de pasto verde y bajamos.
Una pequeña casa blanca de fachada moderna esta frente a nosotros.
—Necesito un baño —.
La pelirroja es la primera en andar el camino.
—Yo muero de hambre —prosigue Farrell.
Carel camina detrás de él y yo me quedo observándolo alejarse. Evan se para a mi lado.
—Tan ansiosa porque se detenga y te mire, pero no lo hace. No es su naturaleza. Fue creado para los fines de mi padre. Hizo con él lo que quiso —susurra.
Lo miro de reojo.
—No me observes de esa manera como creyendo que somos iguales. Sabes muy bien que no. Tus recuerdos volvieron y con ellos todo lo que sabes sobre mí. Nos enseñaron que no podemos sentir. Luego de tanto tiempo se creyó todo lo que él le dijo y sinceramente no lo voy a sacar de su error —sonríe con malicia.
—¿Por qué nos ayudas? —pregunto.
—Porque no planeo dejar que mueras. No me iré sin ti —.
—¿Qué te hace pensar que yo quiero ir contigo? —.
Me giro y lo observo directamente a los ojos. La misma sensación que me invade cuando estoy con Carel se instala entre nosotros, pero me pasa lo mismo que paso con Fad. A pesar de todo sigue estando presente entre nosotros. Carel es una sombra que no me permite sentir nada más que no sean ganas de correr en la dirección en la que él vaya.
—¿No te cansas? —contesta mi pregunta con otra pregunta y eso me enfada.
Ruedo los ojos y me cruzo de brazos.
—¿De qué? —.
Avanza y su cuerpo queda muy cerca del mío.
—De luchar. Todo el tiempo luchas. Tu familia, tu naturaleza y ahora por la atención del pequeño Carel. Sería más fácil si solo te dejaras ir —murmura.
—¿También los criaron para ser cobardes? —lo cuestiono.
Me acaricia la mejilla con el dorso de su mano.
—Mi pequeño y hermoso sol... el hecho de que creas que soy débil y cobarde por ofrecerte opciones me parece que te confunde un poco. Si decides detenerte, me detengo; sin embargo, si lo que quieres es pelea puedo dar una muy buena batalla. Me separe de mi padre y quizá no aprendí todo lo que Carel sabe, pero lo dejaría tirado en un puto segundo así que no me subestimes —.
Me regala una mirada fría e inexpresiva. Se acerca un poco más, me planta un beso en la frente y emprende camino igual que los demás hacia la casa.
Hemos pasado el día entre baños, comida y armas. Evan saco una buena colección de ellas y todas han sido probadas. Confieso que muchas ni siquiera las había visto en mi vida.
Bajamos a un sótano insonoro acondicionado como polígono de tiro. Farrell me enseñó a tirar por un largo rato hasta que di en el blanco y cuando comenzó a meterse el sol todos se fueron por su lado.
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EL JUEGO DE LA MUERTE.
Mystery / Thriller¿Qué puede ser más oscuro que la noche? ¿Qué puede ser más denso que la sangre? ¿Qué puede ser más sombrío que la muerte misma? ¿Qué puede ser más peligroso que el amor? ¿Qué te salva? ¿Qué te libera? Y... ¿Qué es lo que te condena? ¿Cómo esc...