PODEROSA, NO SOLO PROTEGIDA

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MUERTE.

Lanzo el cuchillo con todas las fuerzas que me permite la herida en mi costado izquierdo y doy justo en el blanco.

—El niño juega con los cuchillos de la cocina —dice Farrell.

Volteo y veo que viene entrando con una sonrisa burlona en el rostro.

—No entiendo como Evan tiene de todo en sus estúpidas casas y no tiene cuchillos decentes. Es una estupidez. Parece que lo hace para molestarme —.

—No creo que tuviese planeado todo esto con el fin de molestarte por la falta de cuchillos y el mal genio que portas no creo que provenga precisamente de eso —.

Se para junto a mí.

—Qué curioso, tú y Thais se tiene muy creído lo de poder opinar en mis cosas ¿No? Parece que en el tiempo en el que estuve inconsciente todos se convirtieron en unos expertos sobre mí —comento con un poco de irritación.

Continúo apuntando y disparando.

—A mí me parece que tratamos de ayudarte, pero tú puedes verlo como mejor te parezca. Aunque muy honestamente he de decirte que me he dado cuenta de que no eres tu últimamente y eso es lo que más debería preocuparte —.

Me detengo y lo observo con el ceño ligeramente fruncido como respuesta a su comentario.

—No sé a qué te refieres —.

—Por favor Carel. No me hagas decirte lo lento que fuiste con lo de Nik. Suficiente recordatorio es la herida que yace en tu cuerpo y casi hace que mueras —.

—¿Crees que no lo sé? Me carcome la idea de no haberme deshecho de él con mis propias manos. Nik era mío. No sabes todas las cosas que tenía planeado hacerle. Lo que le hice a Muka fue un juego comparado y ahora estoy aquí apuntándole a un blanco con cuchillos de cocina y una herida que aún no sana por completo —siseo y lanzo con fuerza otro cuchillo.

—Solo fue un pequeño error y Nik ya no está. Míjail será tuyo y podrás hacerle lo que te plazca —habla con seguridad.

—Ese el problema más grande de todos, querido amigo. No me permito cometer errores jamás porque cuestan bastante y no estoy dispuesto a volver a pagar un precio tan alto —.

Le entrego un cuchillo para que lo lance.

—Entonces enfócate de nuevo. Pierdes los papeles cerca de ella y fue algo en lo que te insistí mucho cuando estabas resuelto a hacerla parte de todo esto. Mantenerte cerca de ella te convierte solo en Carel y en este momento necesitas ser más que nunca Muerte —.

—No he podido evitarlo desde que la vi por primera vez. Me asfixia su presencia. Quiero follarmela hasta saciarme y luego matarla por el ansia que me provoca. Es como tener mucha hambre y jamás quedar satisfecho —murmuro.

—Han sido solo unos meses —.

—No, desde que la vi en la clínica —aclaro —. En fin, no tienes nada de qué preocuparte Farrell. Recuerda que yo no pierdo jamás —.

Lanzo de nuevo el cuchillo y doy justo en el blanco, como siempre.

—Eso espero —dice.

Me quede tirando con Farrell otro rato. Descargamos un par de armas y decidimos cuales llevaríamos encima. El día final se acerca.

Por la noche subo a darme un baño.

He pensado en lo que mi amigo dijo sobre Thais y tengo que hacer algo al respecto porque cada que la tengo cerca pierdo lo que tanto me costó. Aquello por lo que luche cuando estaba con él. No sientas, solo actúa. Las emociones te vuelven vulnerable y te exponen. No podemos permitirnos ser débiles. No es parte de nuestra naturaleza. No se crean vínculos porque te convierten en uno más. Repetía las mismas palabras una y otra vez forjando a su pequeño soldado. En eso me convertí.

EL JUEGO DE LA MUERTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora