MARIPOSA

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MUERTE

—Feliz cumpleaños, por cierto —dice Shay que esta recostada en la cama de mi habitación.

—¡Vaya! ¡Despertó la adicta! —ironizo.

Me siento en la silla frente a la cama.

—¡Vete a la mierda! —se levanta molesta.

—Ayúdame con algo —me mira con el ceño fruncido.

—Debe ser importante si me lo estas pidiendo —camina hacia mí.

—Trae a Thai aquí —suelto.

—Es la hermana de Nik —luce sorprendida.

—¿Le tienes miedo? —pregunto.

Sonríe y sale del cuarto decidida.

Mis planes siempre salen de maravilla, pero esta vez siento que algo no encaja. Desde el día en la casa roja me siento intranquilo y solo quiero que la pequeña oruga venga para disipar dudas.  He sentido esta sensación de estar perdiendo algo.

Espero por un largo rato bebiendo de una de las botellas que traje conmigo para seguir celebrando mi estúpido cumpleaños.

La perilla del cuarto se gira y frente a mi aparece Thais ya con ropa de dormir.

—¿Qué quieres Carel? —se cruza de brazos para parecer fastidiada, pero como siempre su cuerpo tiembla ante mi presencia.

—¿Sigues molesta por nuestra pequeña charla en la cena? Deja el rencor atrás y toma una copa conmigo. Todavía no termina mi cumpleaños —señalo las botellas junto a mí.

Me mira por varios segundos tratando de descifrar mis intenciones, pero si alguien en este mundo pudiera comprenderme un poco no hubiera pasado por todo lo que pase en la vida.

—Solo una —da un largo suspiro y se acerca a servirse una copa.

—Shay brinda con nosotros —le ordeno a la pelirroja que nos mira al fondo de la habitación con fascinación.

Avanza, toma una de las copas y la levanta en el aire.

—¡Feliz cumpleaños muerte! —dice y se lleva la bebida a los labios.

—Felicidades Carel —sonríe la pequeña Thai.

—¿Sabes que me gustaría de regalo? —le digo mirándola fijamente como siempre sin privarme de admirar lo guapa que es. Porque es preciosa, pero peligrosa como el mismo infierno y ni siquiera tiene idea. Navega con bandera de no tener puta idea de nada de lo que pasa a su alrededor y eso es lo más atrayente de ella.

—¿Qué? —pregunta ladeando un poco la cabeza parada justo en medio de la habitación.

—Que te sientes un rato —me levanto y extiendo mi mano, la toma con miedo como siempre y la dirijo a la silla.

Llamo a Shay con la mirada y camina hacia mí.

Comienzo a quitarle el abrigo de piel que aun trae puesto. Hago su largo y rojizo cabello a un lado y muerdo su cuello como sé que logra perder la cabeza.

—¿Qué?... —susurra la pequeña Thais, pero no hace ni siquiera un mínimo esfuerzo por levantarse y salir de aquí.

Shay gime sobre mi oído mientras continuo mordisqueando aquí y allá. Una de mis manos se encarga de sujetar con fuerza su cabello y con la otra levanto su vestido buscando hasta dar con su húmedo coño e introducir mis dedos.

Bruscamente la giro para quedar frente a Thai y ahí continua apretando su copa con toda  la fuerza que su mano le permite. Ahí se encuentra lo que buscaba. Esa mirada que tiene días perturbándome. Las mujeres siempre me miran de cierta forma. Lujuria, morbo y hasta miedo; sin embargo ella me mira como una pequeña niña deseando con todas sus fuerzas un caramelo con inocencia y dulzura.

Me detengo sin apartar de vista a la pequeña oruga. La respiración agitada de Shay no cesa, pero se aparta rápido.

—¡Estaba a punto de terminar carajo! —indica.

No me muevo y la rubia tampoco. No nos perdemos de vista ni un segundo.

—Me largo —anuncia la adicta y se escucha cerrar la puerta.

—¿Qué haces? —susurra.

—Solo me divierto —avanzo y me sirvo otra copa.

—Fad tiene razón —voltea y se dedica a mirar por la ventana.

—¿Sobre qué? —pregunto curioso.

—Eres peligroso —suelta.

—El deseo sexual no es peligroso pequeña Thai, pero si Fad tiene razón —busco un cigarrillo en la bolsa de mis jeans.

—Debo irme. Suficiente fiesta por hoy —se levanta.

—¿De verdad quieres irte o es porque Fad te prohibió pasar tiempo conmigo? Ya estamos en otra era. Las mujeres también pueden tomar decisiones por si mismas —fumo.

—No es por él. Nadie decide por mí —avanza y cuando pasa justo a mi lado la detengo del brazo.

Me acerco a su oído lentamente.

—Quédate. Vamos a jugar —tiembla y su piel se eriza completamente.

Me acerco más y ella solo me observa con esos ojos que gritan perdición.

—¿Qué?... —susurra con sus labios muy cerca de los míos.

—Vamos a divertirnos —.

Termino con el poco espacio que nos separa e intento devorar su boca. Al principio se queda estática, pero después corresponde y me da más de lo que espere. Arrasa con todo y por un segundo hasta pierdo la noción. Es tan abrumador que me separo y ahí esta ella con los ojos cerrados.

Me lanzo nuevamente y ella entrelaza sus manos en mi cabello y tira de mi abrigo. Me ocupo de recorrer su cuerpo con deseo desenfrenado. Mima mi cabello y mi nuca lanzando pequeñas corrientes eléctricas que acaban reflejándose en mi muy erecto miembro.

Permanecemos así por varios minutos hasta que me empuja con ambas manos y me mira confusa.

—Tengo que... —dice y sale corriendo.

Me echo a reír a carcajadas. Si yo pensaba que sería fácil ahora creo que esto está siendo como un puto curso de jardín de niños.

Salgo escaleras abajo para conseguir más alcohol y me encuentro con Fad que viene subiendo a las habitaciones.

—Querido Fad ya estás listo para entregar tus sueños a Morfeo —saludo.

—¿Sabes una cosa muerte? Me va a dar un puto placer enorme el día que Nik por fin decida deshacerse de ti —balbucea ebrio.

Suelto una carcajada sonora.

—A mí me va a dar un puto placer enorme el momento en el que por fin pueda sacarte esos putos ojos verdes de su lugar. Llevo añorándolo desde que nos conocimos. Como olvidarlo —comento con esa sonrisa retorcida que me caracteriza.

—Aléjate de Thais —amenaza.

—Puta madre cuando planees enfrentar a alguien que podría arrancarte la maldita cabeza procura hacerlo sobrio —avanzo ignorándolo y me toma del brazo.

—Hablo muy en serio. Nik no se da cuenta de lo que haces, pero conozco tu juego y te juro que solo estoy esperando el momento indicado para deshacerme de una jodida vez de ti —me suelto bruscamente de su agarre.

—Lo único que debería importarte ahora es la resaca infernal que vas a tener por la mañana —continuo mi camino.

Saco mi celular rápidamente de mis vaqueros y escribo dos mensajes. El primero para Farrell.

"TENEMOS QUE ENCARGARNOS PRONTO DE ALGO" 

El segundo para la pequeña oruga.

"GRACIAS POR EL MEJOR REGALO DE CUMPLEAÑOS MARIPOSA"

Creo fielmente que hasta ahora ha sido el cumpleaños más interesante de todos.


LA SEGUNDA PARTE DEL CUMPLEAÑOS DE MUERTE SE PUSO MAS INTERESANTE!!

LOS AMO, NOS VEMOS EN EL SIG CAP <3

EL JUEGO DE LA MUERTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora