Hola! les dejo un cap. disfrútenlo y no olviden dejarme alguno que otro comentario :D
Capítulo 31
—¿Así que está bien? ¿Mal? ¿Jodida?
Nora dejó ir una pequeña risa y siguió empujando el carrito de súper por el pasillo de los cereales. Tener a Victor a su lado la hacía sentir segura y feliz, aunque el hombre no fuera su verdadero padre.
—Yo diría que no está ni bien ni mal. Mamá... va lo suyo. Intenta sobrevivir como puede y carga con los errores que cometió.
Victor suspiró con una mezcla de nostalgia y soledad. Agarró del estante el cereal favorito de Emma y lo metió dentro del carrito. Se lo había comprado durante los últimos quince años y no dejaría de hacerlo hasta el final de sus días.
—Pues no lo sé. No quiero verla. Lo nuestro ya terminó. Esa etapa de mi vida debe quedar atrás o me va a llevar la puta madre.
—Linda forma de decirlo —rio Nora.
Cuando pasaron por el departamento de ropa, Victor se reflejó en un espejo y soltó una deprimida exhalación. Apenas se podía reconocer.
—Cielos. Ponme una camisa vieja y parecería un vagabundo. Estoy en los huesos y este bigote ya no me favorece. Mira estas canas, Dios mío.
—No te ves mal —aseguró Nora, parándose junto a él. Contempló su reflejo y, ahora que sabía la naturaleza biológica entre ella y Victor, se dio cuenta de que no eran nada parecidos. El único lazo que los unía era el sentimental, que habían formado durante años. Victor la había cargado de bebé y la había llevado a la escuela en la parte trasera de su coche. Le había comprado su primera bicicleta y la había dejado en vergüenza delante de sus amigas de la secundaria al caerse de borracho en el sofá.
La palabra "papá" había adquirido otro significado para Nora, y supo que no podría decirle a Victor que ella no era su hija de sangre. Sería un secreto que se llevaría a la tumba, y hasta entonces, tendría que cargar con ese peso.
—Es mejor que estés flaco a que andes por ahí reventando los botones de la camisa. Obesidad y diabetes no se llevan.
Victor volvió a suspirar y recordó sus mejores años, cuando era fuerte y atractivo; y por supuesto, cuando tenía la billetera rebosante. La fortuna se había ido para siempre.
—Vamos —Nora lo tomó del brazo—. Te compro una camisa.
El hombre asintió, conmovido por el gesto de su hija. Era imposible dejar de ver a Nora como a una niña traviesa y detallista; y empezó a sentirse mal por todos los años que había desperdiciado en sus borracheras cuando, en vez de eso, pudo dedicarle más tiempo a estar con ella, y también con Emma.
No las merecía, y que ellas le dieran su cariño incondicional, era como un castigo y al mismo tiempo, una bendición.
—¿Cómo vas con Audrey?
—Todo bien. Es la relación más seria y formal que he tenido —Nora sonrió mientras hablaba—. Conectamos de verdad.
—¿Te piensas casar con ella?
—Si se da la ocasión en el futuro, sí. Pronto cumpliré treinta y un años y mis planes de volverme millonaria y viajar por el mundo parecen más lejanos que otra cosa. Supongo que mi meta de comprarme un yate puede ir más abajo en mi lista de deseos.
Victor rio y recordó que él también había deseado ser millonario.
—Qué bueno, Nora. Mejor verte con una mujer que con un hombre arrogante y mujeriego.
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[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]
RomanceNora es una dedicada maestra de ciencias que siempre trata de verle el lado positivo a las cosas, a pesar de las muchas dificultades que hay en su vida y su trabajo. Cierto día, se encuentra a una perrita de la calle y decide llevarla al consultori...