Parte 36

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Hola! les dejo cap :3 


Capítulo 36

—Debo decir que esperaba más respeto de alguien que dice ser maestra.

Audrey se sintió avergonzada por lo que Nora había hecho al salir corriendo. Ocultó parcialmente su rostro dándole un sorbo a su taza de café y se aclaró la garganta antes de hablar.

—No está pasando por un buen momento. Tiene un montón de problemas.

—Y yo que viajé hasta aquí nada más para verla —Cindy fingió que estaba triste, pero su hija sabía que mentía—. Insisto en que cualquier otra chica de más categoría sería excelente pareja para ti.

—¿Por qué no dejas tu clasismo en la puerta y piensas por un instante que no estoy interesada en casarme con alguna de las hijas de tus amigas?

—Sólo decía —cruzó las piernas y se pasó un mechón de cabello canoso detrás de las orejas—. Seré sincera: estoy de paso. Hubo un evento de caridad en el hotel Royale y me invitaron.

—Entonces ¿no tenías ningún interés en conocer a mi novia?

—Claro que sí, pero no ahora. Me sorprendió que estuviera aquí, y fue más sorprendente cuando me miró con esa cara de pocos amigos.

—Tú eres experta en esa clase de miradas, mamá. Y me disculpo por Nora. No suele ser así. Por lo general es una chica bastante respetuosa y calmada.

—Tú la elegiste, sabes cómo es.

—Sí, sí —Audrey bostezó. Quería cambiar el tema de conversación cuanto antes—, ¿Y cómo estuvo la fiesta?

***

Nora estaba en apuros. No podía regresar a casa de Audrey todavía, y tampoco tenía el valor suficiente para volver a la suya. Además, había dejado el bolso en el cuarto y estaba incomunicada. Sólo tenía unas cuantas monedas que no le alcanzarían ni para comprarse algo de comer.

Sola y sintiendo una pizca de culpa por haber discutido con Audrey, Nora llegó hasta un parque y se sentó en una banca. En la cancha de basquetbol había un equipo de jóvenes entrenando, y el parque estaba lleno de niños con sus padres, jugando en la resbaladilla y los columpios.

A Nora le produjo dolor en el pecho ver a todas esas familias contentas pasando una agradable noche. Inevitablemente pensó en su propia vida y se preguntó si no existiría alguna posibilidad de vivir algo así un día de estos: tener una esposa e hijos a los que cuidar y enseñar. En ese momento, la ambición parecía tan lejana que le dio la impresión de que jamás estaría preparada para una vida como esa; que el destino se la estaba negando por alguna razón.

—Malditos afortunados —dijo con una sonrisa triste—. No saben el tesoro que tienen: una familia funcional.

Resopló y cerró los ojos, tratando de imaginar que su niñez había sido lo que ella había deseado. Sin embargo, sabía que no tenía caso quejarse porque sin duda, había niños en peores situaciones. Al menos a ella no le había faltado comida en la mesa y tenía una carrera (que ya no ejercía).

Debió pasar cerca de una hora antes de que se animara a volver a casa de Audrey. Calculó que, para ese entonces, Cindy ya se habría ido. Hizo todo el camino de regreso y se tranquilizó al ver que el coche de la mujer ya no estaba estacionado delante de la clínica.

Se armó de valor, suspiró y llamó a la puerta. Tuvo que esperar un minuto hasta que Audrey se atrevió a abrir, y cuando lo hizo, fue para recibirla con una mirada seria y cruzada de brazos.

[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora