[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]

Parte 49

Capítulo 49

Jade volvió a la mesa luego de haber ido a su coche por su suéter; y lo primero que notó, fue que Nora ya no estaba con los demás, y que hasta su bolso había desaparecido.

—¿Y la de química?

—Se marchó —respondió Ximena—. Dijo algo sobre su mascota y que tenía que irse.

—¿Sola?

—Sí, se fue por allá.

Jade recogió su bolso y caminó rápidamente hacia la calle. Vio a Nora paradita en una esquina con el teléfono en la mano, y se acercó a ella.

—¿Te marchas?

—Me acaban de mandar la dirección de la veterinaria donde está Bonnie.

—¿Dónde es? Vamos.

—¿Me llevas?

—Sí, sin problema. Ven.

Nora no se hizo del rogar y canceló el Uber que acababa de pedir. Tenía que llegar rápido con Audrey y no había tiempo de sentarse a esperar. Siguió a Jade hasta el estacionamiento y subió a su coche, que olía a recién lavado con un ligero toque de canela.

—¿Qué te dijo la veterinaria? ¿Te llamó?

—No. Solamente me escribió que fuera a la clínica porque tenía algunas cosas que explicarme.

—No te preocupes. Enseguida llegamos.

Nora asintió, cruzó las piernas y miró hacia afuera de la ventana, tratando de distraer su mente de las cosas que ocurrían. Estaba siendo una noche agitada. Una noche que la estaba sacando de su zona de confort, y volvió a preguntarse si no habría estado mejor en casa.

—¿Y está Audrey es... importante? —Preguntó Jade.

Nora parpadeó por la sorpresiva pregunta.

—Ah... bueno, es mi ex novia. Sólo estuvimos un año juntas, ¿por qué?

—No, nada. Solamente quería saber. Yo no me llevo bien con mi ex y pensé que estabas en las mismas.

—Uhm... pues mi relación con Audrey se ha deteriorado mucho. Pudo haber sido diferente, pero yo lo eché a perder.

Jade hizo silencio durante unos segundos. Miró la ruta que marcaba el mapa en su teléfono y tomó la salida de una glorieta.

—Amanda no quiere ni verme —comentó sin apartar la atención del camino—. Dijo que lo mejor para nosotras era el contacto cero. Hace poco le envié un mensaje, pensando en que ya había pasado demasiado tiempo como para seguir distanciadas, y me dijo que no tenía lugar en su vida para mí.

—¿Dolió?

—Un poco —aceptó la mujer y resopló—. No importa.

—Yo no podría ser amiga de Audrey. Además, ella ya tiene a su noviecita pendeja. De hecho, fue ella quien dejó la puerta abierta y dejó que Bonnie se escapara.

—Uy. Lamento escucharlo.

—Me dan ganas de aventarla en medio de la avenida para que le pase un autobús sobre su fea cabeza.

—Ya, tranquila —Jade le acarició la pierna discretamente—. Piensa en Connie.

—Bonnie —corrigió Nora, y se obligó a devolver sus pensamientos con ella.

***

En cuanto llegó a la clínica del colega de Audrey, lo primero que hizo Nora fue correr hacia la sala de espera. Audrey estaba aguardando por ella en la recepción, y a su lado se encontraba Lily, cuyo rostro estaba pálido y mostraba un profundo dolor.