Parte 19

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Capítulo 19

Audrey encendió el motor en cuanto la vio salir del edificio. Puso el aire acondicionado y activó el aromatizante para que soltara una fragancia floral dentro de la cabina. Tenía una sonrisa de entusiasmo que se disipó al ver que Nora se dirigía al coche sin energías y cabizbaja. Algo malo había ocurrido en el examen.

Esperó a que Nora entrara y se pusiera el cinturón de seguridad.

—¿Cómo te fue? —Preguntó, imaginando la respuesta.

—Mal —contestó Nora después de lanzar un suspiro cansado. Si se observaba bien, tenía lagrimitas en los ojos y la voz quebrada—. Apenas me pude concentrar. No dejé de pensar en mi madre y en las cosas que hizo anoche. Fue como si todas mis preocupaciones se amontonaran en mi cabeza. ¿Por qué tenía que ser precisamente hoy?

Nora contempló con odio al edificio donde había rendido su examen y un escalofrío la recorrió. Sabía que no había dado lo mejor de sí y que el resultado no sería lo que ella había pensado hasta entonces.

—¿Quieres comer algo?

—Sí. No desayuné.

—¿No comiste nada?

Después del pleito de anoche, Nora había decidido quedarse a dormir en su casa para vigilar a su papá y asegurarse de que Lourdes no regresara buscando bronca. En consecuencia, se había levantado tarde y le dolía la cabeza como si le hubiera pasado un tren encima.

Audrey quiso recordarle sus advertencias, pero prefirió callar porque sabía que eso no ayudaría en nada. En su lugar, aceleró el coche y se internó en el camino.

—Llévame a casa —pidió Nora después cruzaran un semáforo.

—¿Segura? Pensaba llevarte a comer comida china. Eso siempre te anima ¿no?

—Tengo que ir a casa —contestó mirando por la ventana—. Ema me acaba de avisar que ya le repararon la pantalla al teléfono de mi madre. Ahora sí podremos ver lo que ella guarda.

—¿Segura de que quieres enterarte?

—Sí.

—Será duro y no creo que necesites más estrés.

—Tengo que saber.

—Mejor olvídalo por hoy y vamos a descansar.

—Llévame a casa.

—Porque pensaba que...

—¡Por Dios, Audrey, sólo llévame a casa!

—¡Eh, alto! —Audrey hundió el freno del coche y lo estacionó junto a la banqueta—. A mí no me estés gritando, niñita. Estoy aquí haciendo cosas que no debería hacer para mantenerte tranquila. No me levantes la voz porque yo no soy tu mamá para estar soportándote. ¿Me entiendes?

—¡¿Y a ti que rayos te pasa?! ¡Solo te estoy pidiendo que me lleves!

—¡Te digo que no me grites!

Se miraron fijamente durante unos instantes, antes de que Nora se diera cuenta de que no estaba de humor para Audrey y sus cosas. Se quitó el cinturón y bajó del coche con el bolso en la mano. Por suerte venia un autobús tras ellas y, sin decir nada, le hizo la parada y subió enseguida. No importaba la ruta, porque todo lo que quería era alejarse inmediatamente de Audrey; y no sólo de ella, sino de cualquier otra persona. Incluso apagó su teléfono y lo metió a su bolso. No deseaba llamadas de nadie más.

***

Llegó a su casa hora y media después. Soltó su bulto sobre el sofá y subió a habitación de Emma. Llamó antes de entrar y vio a su hermanita haciendo sus tareas en el escritorio.

[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora