[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]

Parte 60

Hola! les dejo cap :3 

Capítulo 60

Nora le echó otro vistazo a Jade, y no pudo evitar sentir una auténtica preocupación por el bienestar de esa mujer. Era la hora del almuerzo y, aunque no la había visto desde la mañana, Jade había decidido sentarse a solas en una mesa vacía del comedor escolar. No platicaba con nadie y tampoco parecía tener intenciones de acercarse con esa alegría que tanto la caracterizaba.

—¿Qué le sucede? —Preguntó Ximena con voz discreta para que nadie más la escuchara—. ¿Se pelearon?

—Para nada —respondió Nora con sorpresa—. Ayer todo estaba bien. Pasé la tarde en su casa y la vi muy contenta. Jugamos y cocinamos juntas. Me quería quedar a pasar la noche con ella, pero tenía que ir a casa a calificar muchas tareas. No hice nada malo.

—¿Segura? —Ximena examinó a Nora con ojos de sospecha—. ¿No habrás dicho o hecho algo que la haya enojado?

Nora hizo memoria, y además de su natural y ácido sentido del humor, no había nada de lo que se arrepintiera. De hecho, había sido una tarde perfecta, con paseo en el parque, cena y pasión.

—La quiero bastante. Cuido mis palabrotas cuando estoy con ella.

—Pues ve—insistió la maestra de biología—. Te quedan quince minutos de descanso.

Nora le echó un vistazo a su reloj, frunció los labios y tomó aire. Cruzó el comedor, recordándose que no debía mostrar afecto a Jade delante de los alumnos que estaban comiendo en las mesas. Fue difícil aguantarse las ganas de llegar y abrazarla. Lo único que pudo hacer, fue sentarse a su lado y ponerle una mano en la espalda.

—¿Estás bien, cariño?

Jade torció ligeramente los labios y se aclaró la garganta.

—Más o menos. Quería estar sola.

—¿Qué ocurre? —Preguntó Nora con verdadera preocupación—. ¿Te paso algo o yo hice algo que...?

—No, no, no. Nada de eso —la mujer se forzó a sonreír—. Todo está bien con nosotras. Es sólo que... bueno, tengo un problema familiar y ando un poco distraída.

—¿A tal grado que te tienes que separar de tus amigos? Esa no es la Jade que conocemos.

—Hay otra Jade de la que no sabes nada.

Aquel fue un comentario más o menos rudo. Nora no se lo tomó a mal.

—Me gustaría conocer todas tus facetas.

La forma en la que se sacó el comentario hizo que Jade se sonrojara un poco. Estaba muy sensible y dolida. El humor de Nora ayudó a quitarle algo de presión y, tras volver a carraspear, decidió soltarlo.

—Mi tía Martha murió en la madrugada.

Nora sintió un escalofrío y sus deseos de abrazar a Jade aumentaron en un doscientos por ciento. Su siguiente paso tuvo que ser fríamente calculado, porque no iba a preguntarle cosas obvias como "¿Estás bien?" "¿La querías mucho?"

Así, lo único que pudo hacer, fue consolarla tomando su mano con fuerza.

—Muero por besarte —susurró.

Jade entendió y se le escapó una risita.

—También yo. Necesito unos besos con urgencia.

—¿Salimos de aquí?

—No. Se vería raro y no quiero hacer una escena delante de los demás maestros. Ya deben estar sacados de onda por cómo estoy.

—Todos estaban acostumbrados a tu yo extrovertida y bromista.