[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]

Parte 43

hola! capítulo de sábado

Capítulo 43

El timbre volvió a sonar y la ansiedad de Audrey aumentó. Sintió náuseas y la necesidad de volver al cuarto y meterse debajo las sábanas. No había tenido a Nora delante de su puerta en mucho tiempo y eso le pegó fuerte en la nostalgia.

Armándose de valor, abrió la puerta y se paró delante de la entrada con los brazos cruzados. El cordial saludo que iba a darle, se convirtió en silencio al ver que la mujer prácticamente se estaba cayendo de borracha.

—¡Ahí está la cosita más linda de la ciudad! —Exclamó Nora e hizo un intento por acercarse para besar a Audrey. La otra mujer la detuvo poniéndole una mano en el hombro.

—¿Qué haces aquí?

—Sólo... paseaba y... uhm... espera, tenía algo preparado para decirte y no...

El aliento del trago le causó a Audrey lástima y preocupación. No había visto a Nora en semanas y notó que estaba muy baja de peso y pálida. No había rastro de aquella hermosa mujer de la que se enamoró en su momento, y fue un duro golpe verla tan cambiada, y para mal. Esperó no ser ella la causante de un cambio tan drástico, aunque lo dudaba. Nora tenía otros asuntos inquietantes en su vida, problemas de dinero y trabajo que le quitaban el sueño.

—¿Cómo es que viniste?

—Eso no importa —Nora cambió su peso de una pierna a otra—. Estaba pensando mucho en ti y en lo que pasó y...

—Basta —Audrey la detuvo enseguida—. No quiero que toques ese tema.

—Pero yo...

—Dije que no quiero escucharlo, Nora; y menos como estás. ¿Cuánto bebiste? ¿Dónde está Stacy?

—En su casa, creo. ¡Ay! me duele mucho la cabeza. ¿Qué hora es?

—Pasa de medianoche.

—Uhm... ¿puedo entrar?

—No —contestó la otra—. No es buen momento.

—¿Por qué me tratas así? Yo no te he hecho nada.

—¿Ah? ¿no? ¿Y qué hay de la forma en la que me terminaste?

—Vale... ese fue un gran error. Yo no sabía que iba a doler tanto y ahora...

—Ha pasado casi un año desde entonces y... —Audrey se detuvo al sentir que los viejos rencores empezaban a surgir. Ya no tenía caso tocar esa herida. Tenía a Lily y eso era suficiente—. Mira, no quiero hablar de eso. Estoy con alguien. Mejor vete.

—He pensado mucho en ti, Audrey. Y no es lo mío venir aquí a rogar que volvamos, pero es que... me siento como una completa fracasada y...

En ese momento, y alterada por la ansiedad y el alcohol, Nora se puso a llorar. Audrey se incomodó y miró en otra dirección. Por un lado, pensó en que la mujer estaba fingiendo una escena, y por otro, de verdad sintió que decía la verdad y que se sentía como un pedazo de basura.

—Por favor, Nora. Detente.

—¿Tienes un vaso de agua? Tengo mucha sed.

—Sí, espera aquí.

—¿No me dejarás entrar siquiera?

—Espera aquí.

Audrey cerró la puerta y resopló para soltar la tensión que había acumulado en cuestión de segundos. Vio a Lily asomándose por la habitación, con rostro preocupado, y supo que no podía dejarla esperando sólo para atender a Nora. Esta noche era suya. La historia que había tenido con la otra mujer estaba en el pasado y en este momento, Lily era la dueña de su corazón y merecía que la tratara con dignidad y respeto; que le dedicara tiempo para construir su relación y tener momentos de intimidad suficientes.