[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]

Parte 6

Hola! les dejo el cap de esta noche

Capítulo 6

Audrey agradeció la interrupción y no se molestó en ver qué había sido de Morgan. Tenía la confianza para saber que la mujer se iría en paz y que tal vez regresaría en un día o dos para seguir seduciéndola.

Bueno, tampoco podía ser mala con ella porque era una de las pocas amigas que tenía. Morgan y Amira eran sus compinches y su álbum de fotos estaba lleno de recuerdos de ellas tres. Cuando no había mucho trabajo, solían pasar tiempo juntas: iban al cine, compraban en las mismas tiendas y una o dos veces al mes, gustaban de ir a bailar y a beber unos tragos.

Audrey gozaba estar sola, pero también disfrutaba compartir su pequeño mundo con Morgan y Amira.

Y si las cosas lo permitían, Nora podría convertirse en una amiga más. Había en esa mujer algo que pocas personas tenían en su corazón: empatía y un sentido de la responsabilidad que le gustaba. Una voz en su cabeza le decía que Nora era una persona que valía conocer. Después de todo, se había aparecido en la clínica, sucia y empapada, con un perrito de la calle.

—Me fascina el té helado —expresó Nora, bebiéndolo lentamente por el popote.

—¿Ah, sí? Es un té natural, no como los que te venden en sobrecitos con polvo. Esos son colorantes y azúcares.

Audrey abrió su panini y le puso una generosa cantidad de aderezo. Nora también tenía uno y ya le había dado dos o tres mordidas.

—No suelo comer fuera de casa —contó Nora, ansiosa por hacer algo de plática—. Me preparo la comida y la llevo al trabajo.

—¿No venden nada de comer en la escuela?

—Claro —rió—. Chicharrones, papitas, pizzas, refrescos y dulces.

—Vaya, qué menú.

—¡¿Sabes qué es lo irónico?! —Exclamó en voz alta— que la misma Secretaría de Educación nos dice que los alumnos deben aprender los principios básicos de una dieta correcta para tener una vida saludable, y en la misma escuela venden toda esa chatarra. ¡El sistema está patas arriba!

—Pues se oye rico —comentó Audrey, tratando de calmar el entusiasmo excesivo de Nora—. Te paso la pizza, nada más.

—A mí no me gusta la pizza.

—¡¿Quéééé?!

—Es verdad —rió la maestra, limpiándose la boca con una servilleta—. Es sólo pan con queso y salsa.

—Es que no has probado la pizza de verdad. Ay, linda, te tengo que invitar a comer un día de estos.

El comentario de Audrey salió natural. Lo había dicho como quien no quiere la cosa, pero a Nora le llegó directo, e hizo que su interés por la doctora Burton creciera dos puntos a su favor. Hasta ese momento, no había considerado la posibilidad de salir más a menudo con ella, de conocerla y saber qué clase de individuo era.

—¿Por qué tuviste un mal día? —Quiso saber Audrey.

—Pues... meh, olvídalo. No quiero hablar de eso.

—Bueno —Audrey no iba a molestarla con temas delicados.

—Es que me molesta mucho —dijo Nora aporreando los puños en la mesa.

—Habla.

—Pues... verás...

Y Nora le contó lo que había pasado con el experimento de la tinta invisible, el terrible comportamiento del tercero A, la estúpida y nada productiva junta para hablar del cumpleaños de una secretaria, y finalmente, el incendio de la mochila.