[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]

Parte 38

Hola! les dejo cap :3 

Capítulo 38

La tensión era palpable. Demasiado como para que Nora pudiera soportar otro instante de silencio. Se aclaró la garganta y tosió para llamar la atención. Funcionó, porque en ese momento, Samantha le bajó el volumen a la música y habló.

—Tú mamá me contó sobre ti.

—¿Cómo es que la conoces? —Preguntó Nora. Era algo que había querido saber desde hacía un buen rato. Sentía que toda su vida dependía de esa respuesta.

—Hace unas semanas vino a la tienda. Estaba ebria. Era de noche. Yo atendía. Llegó buscando a mi papá y cuando le pregunté quién era, me dijo que se trataba de una antigua amante.

—Uy...

—Sí —suspiró Samantha—. Me enojé y al mismo tiempo, me causó algo de risa. La mujer estaba borracha. ¿Cómo iba a tomarme en serio lo que decía? Luego de eso, se puso a llorar y dijo que había cometido muchos errores en su matrimonio y que ella era quien debió de casarse con mi padre. Ya sabes... los delirios de una borracha. Ya estaba por llamar a la policía para que se la llevaran, pero entonces mencionó que tenía una hija llamada Nora y que ella merecía saber la verdad. Esa Nora eres tú ¿no?

—Sí... —confesó la mujer después de unos instantes de silencio. Bajó la mirada y jugó con sus dedos en señal de nerviosismo—. Voy a matar a esa mujer.

—Y yo debería matarte a ti —gruñó Samantha. Hizo alto en un semáforo y miró a Nora—. ¿Qué es lo que pretendes apareciéndote así? ¿Decirle a mi padre que eres su hija? ¿Quieres destruir a mi familia? Porque eso pasará si sigues viéndolo. Nosotros no queremos nada de ti y tampoco que te nos acerques.

Los ojos de Nora se humedecieron al escuchar las duras palabras de una mujer con la que compartía la mitad de su sangre. Sin embargo, no le dio el gusto de verla llorar, así que hizo todo un esfuerzo para calmarse.

—Yo... yo sólo quería estar con mi verdadero papá por un tiempo. No pensaba decirle quién soy. No quiero causar problemas.

—Lo que tú quieras no me interesa. Eres el producto de un engaño, lamento decirlo de esa forma. Estoy viendo por el bien de mi propia familia y tú deberías verlo por la tuya. Nosotros no somos nada de ti, Nora.

—Pero...

Samantha volvió al tráfico. Sabía que estaba siendo dura con la mujer, y sin embargo, debía mantenerse firme. Entendía el alcance de las consecuencias si la identidad de Nora se llegase a saber. Destruiría por completo a su familia y su padre enfermo sería el más afectado.

Se armó de valor y detuvo el coche a un lado del camino. Si tenía que ser la cabrona de la historia, lo sería.

—Bájate.

—¿Aquí?

—Sí. No te quiero volver a ver. Si te encuentro charlando con mi padre o rondando por la tienda, llamaré a la policía.

—Es que yo... yo no tengo a nadie más.

—Ese es TÚ problema —hizo una pausa mientras se mordía los labios—. Deberías desaparecer.

Nora se quedó mirándola durante unos segundos, como si albergara la esperanza de que estuviera hablando de broma. No obstante, Samantha iba en serio. Ella se percató de esto, así que se quitó el cinturón de seguridad y se apeó del coche.

—Si. Tal vez desaparecer sea lo mejor.

Apenas cerró la puerta, su media hermana aceleró y la dejó a ella en medio de la avenida, muy lejos de casa y al mismo tiempo, lejos de la felicidad que había creído encontrar.