Capítulo 53
El fuego que Jade había sentido arder dentro de ella se apagó en un abrir y cerrar de ojos; y no tenía intenciones de volver a echarlo a andar. No era su estilo meterse con alguien que todavía tuviera sentimientos por una tercera persona.
Se quedó en la cama, semidesnuda, mirando a Nora sentada en el alfeizar de la ventana hablar con Audrey por teléfono. La veterinaria había llamado en el momento menos oportuno, justo cuando Jade estaba a punto de desnudar a la sensual maestra de química. Por un instante, creyó que Nora ignoraría la llamada y se entregaría a ella; y en vez de eso, contestó enseguida y se alejó para tener un poquito de privacidad. Cosa tonta porque Jade podía escuchar la conversación.
—¿Y entonces? Aja... ya entiendo. Pues puedo ir a verla mañana, saliendo del trabajo. No, no te preocupes. Yo le llevo las croquetas. Eh, que también es mía.
Jade suspiró y maldijo para sus adentros. Le gustaba ser sincera con las personas, especialmente con las mujeres con las que pasaba la noche. No había nada mejor que dejar las cosas claras para evitarse conflictos innecesarios. De esa manera, cualquier posible sentimiento amoroso quedaba truncado de inmediato y cada una de las partes sabía a qué se atenía.
Nora colgó la llamada y soltó una ruidosa exhalación. Volvió a la cama y se sentó en la orilla, cruzó las piernas y miró hacia la ventana con aire pensativo.
—¿Está bien Connie?
—Bonnie —corrigió Nora—. Sí, lo está. Audrey quiso verme ahora.
—Pues ve.
—Su novia está de viaje.
—¿Y?
—Que no me parece apropiado —contestó tras otro suspiro—. Tal vez ella me guarde sentimientos que están empezando a salir a la luz ¿no crees?
—Creo que sí —Jade se sentó junto a ella y se colocó la blusa, dándole a entender a Nora que el sexo estaba cancelado—. Deberías resolver tus asuntos con ella o tendrás problemas tarde o temprano. La verdad no es saludable que pienses tanto en tu ex, por muy bonita que haya sido su relación. Hay que darles espacio a las otras personas que llegan a tu vida. Ellas no tienen la culpa de tus heridas.
—Lo sé, lo sé —Nora se tapó la cara con las manos—. Y es que es la mujer a la que más he amado en mis treinta y tantos años. Hasta pensé en casarme con ella y ahora... se terminó.
—¡Meh! Eso dicen siempre, y cuando menos te lo esperas, acabas en la cama con tu ex. Típico.
—¿Te ha sucedido?
—Alguna que otra vez —reconoció Jade y lanzó una risita triste—. Lamento esto. Supongo que ya no hay necesidad de ir más allá.
—Se me fueron las ganas. Siento como si le estuviera siendo infiel a Audrey. Y es raro ¿sabes? Hace unos meses, podía salir con alguien de manera casual y acabar en la cama, y no me sentía así.
—Tal vez es porque ahora estás más en contacto con ella y esas cenizas están volviendo a encenderse. Los sentimientos regresan y... ¡bah! Es tooooodo un problema.
—Audrey tiene novia y se ve que quiere mucho a esa enana. No me gustaría parecer la tóxica que anda tras ella echando a perder su relación. No es de damas.
De repente, Jade se sintió identificada con la situación, y una serie de recuerdos volvieron a ella. Eran las memorias de hacía una década y, aunque ya no dolían como antes, la experiencia le había servido para aprender que la vida está llena de altos y bajos, y que las personas iban y venían a su voluntad.
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[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]
RomanceNora es una dedicada maestra de ciencias que siempre trata de verle el lado positivo a las cosas, a pesar de las muchas dificultades que hay en su vida y su trabajo. Cierto día, se encuentra a una perrita de la calle y decide llevarla al consultori...