Parte 51

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Hola! les dejo otro cap, andaba inspirada 


Capítulo 51

Lily usó su llave para entrar a la casa de Audrey, y lo primero que oyó, fueron las risas de dos mujeres conviviendo en la sala. Al principio creyó que se trataba de Rubí, la recepcionista de la clínica, pero cuando vio que se trataba de Nora sentadita en el sofá, su estómago casi se puso de cabeza.

—Eh, llegas temprano —dijo Audrey, que se puso incómoda por la presencia de su novia. No la esperaba hasta las cinco.

—Hice que alguien me cubriera —Lily dejó el bolso sobre la mesa y caminó hacia las habitaciones que estaban al fondo de la casa. Se molestó al ver que Audrey no trataba de impedir que se marchara, como si quisiera quedarse a solas con Nora.

Entró al cuarto, se quitó los zapatos y se tiró bocabajo sobre la cama. No entendía de dónde procedían sus celos y eso estaba comiéndole la cabeza. Siempre se había jactado de ser una mujer segura de sí misma, pero la presencia de Nora parecía invalidarla. Además, no ayudaba que Audrey se portara como quinceañera caliente delante de su ex.

—¿Qué le pasa a tu chica? —Preguntó Nora.

—Debe sentirse mal por lo del accidente.

—¿Es eso? Porque me dio la impresión de que no le gustó verme aquí.

—También puede ser —Audrey bebió de su café helado—. Nah, no me importa. Es mi casa. Además, estás aquí por Bonnie, no por mí.

—Es cierto —Nora miró la puerta del consultorio, que permanecía cerrado para que Bonnie no se molestara por los sonidos del exterior—. ¿Cuánto tiempo seguirá con los analgésicos?

—Unos días más. Después necesitará terapia para poder moverse.

—¿Crees que vuelva a caminar?

—No lo sé —Audrey resopló con ganas—. Hice lo mejor que pude. Su raza es muy delicada. Si fuera un perro más grande, tal vez no hubiese sido tan feo el daño.

—Al menos está con vida —Nora intentó verles el lado positivo a las cosas, aunque era difícil—. Anoche hablé con mi papá y dijo que estaba bien si decidía llevarla una semana nada más. Les tiene fobia a los perros desde que la mascota del vecino lo mordió. Se lo merecía.

Audrey se acomodó en su sillón y miró de reojo a Nora, que estaba lindísima con su uniforme de maestra: pantalones caqui y camisa polo con el escudo del Remington, y una frase en latín que no supo traducir. Tenía el cabello muy bien peinado y un maquillaje discreto. Hacía tiempo que no la veía tan arreglada. Parecía haber vuelto a ser la maestra dedicada de la que se enamoró en su momento.

—¿Eres feliz? —Preguntó nada más por hacer charla.

Nora la miró con curiosidad.

—¿Eh? ¿Feliz? ¿A qué viene eso?

—Sólo quiero saber cómo te va en general. Claro, dejando de lado que Bonnie casi cuelga los tenis.

—Uhm... mi hermana me dijo que ya he alcanzado cierto grado de estabilidad en mi vida. Sigo teniendo problemas e inquietudes, pero ya no me afectan como antes. ¿Será bueno acostumbrarse a sentirse como una fracasada?

Audrey dejó el sillón y se sentó en el sofá, al lado de ella.

—No eres una fracasada. ¿Cuántas veces tienes que escucharlo? Volviste a ser maestra, la salud de tus dos papás está bien y parece que tu mamá volverá a casa. Tendrás a tu familia de vuelta. ¿No te alegra?

[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora