Cap. 04
Juliana
Lo último que recuerdo es que peleaba con Valentina, unos hombres llegaron y perdí el conocimiento, ahora estoy despertando con los gritos de la mimada, mis oídos revientan con su voz.
- Déjennos salir, déjennos salir. Gritaba la rubia
- Cállate, ellos se pueden molestar y será peor. Ella se me quedó mirando.
- ¿Estás bien? Preguntó de la nada
- Si, me duele la cabeza. Exprese por la sensación de dolor que tenía en mi cabeza.
- Creo que te golpearon tienes una herida en tu rostro. Me dijo ella quien no me daba la mirada fija. Me sorprendí ante el hecho de tener una herida en mi cabeza.
- No puede ser ¿Se ve mal? Exprese mi miedo a que fuera una herida grave
- Que egocéntrica, estamos secuestradas y solo te importa tu apariencia. Ella estaba muy bien. No deja su mal humor, además de pensar las cosas mal.
- ¿Secuestradas? Esto no es bueno. Dije ante mi impresión
- Pues sí, ellos no han vuelto. Esto es tu culpa, yo... Intento decir ella
- Cálmate, no me mande a secuestrar y menos lo haría contigo, esto es una verdadera tortura. Eres tan insoportable. No estoy demente.
Esa mujer no para de molestar y de culparme. Los secuestradores regresaron y la rubia allí no era tan valiente, se acercó a mi hasta me tomo la mano, esto es interesante, sus manos suaves, sentí una extraña sensación recorrer mi cuerpo.
- ¿Por qué trajiste dos? Eres bien menso. Me decía un secuestrador a otro.
- Estaban juntas. No sabía a cuál traer. Hablaban uno al otro como si no estuviéramos allí.
- La hija del presidente, era la única que tenías que traer, una es rubia y la hija del presidente es morena idiota. Gritaba el que parecía ser el jefe
- Pues no podía dejar tampoco testigos. Defendió su error el otro secuestrador.
- Arregla este desastre. Ellos discutían y sabía perfectamente que Valentina estaba corriendo peligro. Cuando me han entrenado en la casa blanca para cualquier alerta, una de las cosas más peligrosas en caso de un secuestro es cuando los secuestradores no se ponen de acuerdo.
Ellos volvieron a salir, estaban armados, el lugar estaba sin salida, la única puerta era por donde ellos entraron. Esto no estaba nada bien. Era bastante riesgoso. Sentí la mano de Valentina soltarme y no quería dejar de tocar esas manos, quería tocarla... "Juliana estamos secuestradas"
- ¿Qué quisieron decir? Necesitamos salir de aquí. Dijo la rubia
- Si no nos amarraron es porque el lugar está resguardado, porque no nos quieren heridas y solo me quieren es a mí. Necesitas calmarte o ellos actuarán por nervios, los secuestradores experimentan un nivel de estrés. Así que necesito que por primera vez te calles. Desde que te conozco no haces más que hablar. Le grite y articule cada frase que le indicaba.
Afortunadamente hizo silencio y después de unos minutos ellos regresaron por mí, me tomaron de un brazo y me llevaban por la fuerza.
- ¿A dónde la lleva? Dijo Valentina un poco angustiada, como si fuera real su preocupación.
Ellos no le prestaron atención y me llevaron por un pasillo hasta entrar a otra habitación donde había una cámara. Me hicieron sentarme en una silla, tomar un periódico y hablar frente a la cámara.
ESTÁS LEYENDO
La hija del presidente (ACTUALIZANDO)
Romance¿Te imaginas enamorarte de la hija del presidente cuando tú papá es el contrincante en las próximas elecciones electorales? Juliana es un poco descomplicada, hija del presidente de Estados Unidos y una noche es secuestrada junto a la hija del contr...