—¿No te dije que tendrías que quedarte quieta?— El chico ni siquiera volteó a verla, sabiendo perfectamente quién lo seguía.
—Aún no me acostumbro al resto.— Simplemente se justificó.— Por favor, permíteme acompañarte, prometo que intentaré no hacer carga.
Detuvo su paso y la miró por sobre su hombro, sus ojos ligeramente caídos y esa mueca de súplica. Bajó su vista a sus pies vendados, viendo que se apoyaba aún con dificultad.
—No, dile a Soyeon que te de ungüento para las heridas.— Señaló sus pies.— Te quedarás con el grupo hasta que sanes.
—Quiero quedarme con ustedes.— Sentenció, logrando que el otro le mirara burlesco.
—¿No era que no te acostumbrabas?— Preguntó.— No somos buenos, princesita.
—Pero tampoco malos.— Ella misma salió a defenderlos.— Los he visto, e incluso, tú me salvaste.— Le sonrió de forma sincera, recordando el momento.
—Maté a una persona, Mónica.— El remordimiento salió oculto en esas palabras, ella lo notó.
—Era él o yo.— Respondió de la forma más seria posible. Ignorando el dolor de sus pies, caminó hasta estar completamente frente suyo, buscando su mirada.— Todo ese tiempo estuve rogando a Dios por salvarme y creí que me había desamparado por todo lo que he cometido, tanto que creí que la única salida de ese sufrimiento; era morir.— Con dificultad relató, teniendo aún vívida la terrorífica experiencia.— Tú me salvaste de morir en vida y en alma. Si mi libertad está sujeta a ti, que así sea.
El hombre se acomodó el arco en su hombro, sin saber qué decir.
—Por favor, no tengo a dónde ir.— Siguió suplicando.
Sin poder decirle que no, chasqueó la lengua y asintió.
—Bien, pero te quedarás con Soyeon, tus heridas aún no terminan de sanar y podrías lastimarte si sigues sin reposar.— Señaló sus pies y su vista se fijo en la muñeca de trapo atada a su cintura con una cuerda. Una sonrisa sincera surcó sus labios.— Y no tengas miedo a los muchachos, son brutos, pero buenas personas.
Sonrió, asintiendo ante las palabras del rubio.
—Volverás ¿no?— Aún dudosa preguntó y él asintió.
—Tengo que reunirme con un informante, creo que el plan no ha fracasado del todo.— Contó las buenas nuevas, sorprendiendo a la muchacha.
—¡Enhorabuena!— Su felicidad era sincera, en silencio agradeció a Dios.
—Intentaremos lo que esté en nuestras manos para que este, no termine como el otro.— La preocupación se veía reflejada en aquella sonrisa floja que le dió y ella asintió comprensiva.
—Aquel hombre decidió la muerte por sobre la liberación de su pueblo, dudo que aquí esté plagado de tontos como para repetir la situación.
Aquello le sacó una carcajada sincera al rubio.
—Te sorprendería saber la cantidad.
—Ya creo.
Sin más que decirse, ambos se despidieron ahí. Con cuidado, volvió al campamento improvisado que aquellos rebeldes tenían, siendo recibida por un plato con sopa.
—¿Otra vez con Han?— La otra mujer le preguntó con gracia, mientras le tendía el plato.— Niña, ya te dijeron que deberías descansar ¿nunca haces caso?
—Estaría mueres si lo hiciera.— Se burló de su propia situación.— Además, quiero ayudar. Me causa una gran ofensa ser cuidada por todos ustedes, también quiero sentirme útil.— Simplemente respondió, tomando lugar junto a las raíces de un gran árbol.
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sky ;; Lee Minho
Fanfiction"-Aunque no estemos juntos, solo me basta mirar el cielo para sentir tu cercanía."